Adán Augusto, “El Tío”, y la escoba del narco

“En Tabasco no se barrio la corrupción: se escondió bajo la alfombra, mientras La Barredora hacía el trabajo sucio.”

En Tabasco no se oyen grillos, se oyen barredoras. No las de limpieza, sino esas que dejan el piso teñido de pólvora y política.

El escándalo huele a tamal recalentado: Adán Augusto, mejor conocido en los pasillos de poder y en los susurros militares como “El Tío”, ese político de la sonrisa tibia y la voz pausada, resulta que en su cocina tuvo de invitado al mismísimo “Comandante H”. Hernán Bermúdez, ese exjefe policiaco con expediente más grueso que diccionario de la RAE, señalado por la inteligencia castrense como pieza clave de La Barredora, esa célula criminal que barre huachicol, droga y vidas con la misma naturalidad con la que otros barren hojas en el patio.

La caricatura es brutal: El Tío firmando nombramientos, Bermúdez estrenando cargo y el cártel abriendo sucursales como si fueran franquicias de pollos rostizados. Todo quedó documentado en los Guacamaya Leaks: informes que hablaban del “gobernador” como aliado indirecto de “Pantera”, el capo que manda en las noches tabasqueñas. Y mientras eso se leía en cuarteles militares, en el Palacio de Gobierno sonaban marimbas.

Cuando la Interpol giró ficha roja contra Bermúdez, El Tío no dio un manotazo en la mesa, dio un tuit: “A disposición de la autoridad si así lo requieren”. Como si la justicia se resolviera en 280 caracteres. Ni los memes lo perdonaron: un político que se vende como “duro” y que ahora carga la sospecha de haber puesto al zorro a cuidar el gallinero.

En el Congreso, Morena hace como que no ve. Lo protegen, lo blindan, lo sientan al frente de la bancada en el Senado para empujar reformas como si nada. La oposición, por su parte, ya huele la sangre y grita desafuero. El piso de la política mexicana se sacude como pista de baile barata: todos saben que si cae un pino, caen ramas, y si cae un árbol completo… puede tumbar hasta la carpa entera del circo.

La pregunta flota como mosquito en pantano tabasqueño: ¿El Tío es un sobreviviente político… o simplemente el hombre que aprendió a barrer debajo de la alfombra los esqueletos de su propio gabinete?

Columa desarrollada por:

La Sombra Desde de la Banqueta