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Reincidente agresor serial enfrenta proceso por tentativa de feminicidio

Un historial delictivo que se repite y un sistema que intenta, una vez más, cerrar el paso a la impunidad.

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En un giro de acontecimientos que ha dejado atónita a la ciudadanía, el sistema de justicia mexicano ha decidido, en un arrebato de eficacia sin precedentes, decretar la prisión preventiva para José de Jesús Echeverría Barriga. Sí, han leído bien: preventiva. Porque, al parecer, era necesario esperar a que al menos cinco mujeres fueran agredidas brutalmente en las inmediaciones del Periférico Sur para que la maquinaria judicial despertara de su letargo habitual.

El sujeto, un caballero de moral intachable –según su extenso currículum delictivo–, disfrutará de una estancia de seis meses en las instalaciones de Puente Grande, acusado de la novedosa figura de feminicidio en grado de tentativa. Todo ello, porque un juez, en un acto de clarividencia extraordinaria, consideró que había suficientes pruebas en su contra. ¡Vaya alivio para la sociedad!

Las investigaciones ministeriales, llevadas a cabo con celeridad pasmosa entre junio y julio, revelan un patrón de conducta ejemplar: al menos cinco ataques meticulosamente planificados, donde las víctimas –por pura casualidad, todas mujeres– sufrieron violencia física y diversas lesiones. Nada que no se pueda solucionar con una palmadita en la espalda y un “no lo volverá a hacer”, como en los viejos tiempos.

Lo más reconfortante de esta tragicomedia judicial es descubrir que Echeverría Barriga no es un novato en estas lides. Registros periodísticos –esos chismosos que no perdonan– indican que en 2011 el ciudadano ya había cumplido una condena por violación y robo en Guadalajara. En aquel entonces, se le relacionó con cuatro agresiones similares. Pero, ¿para qué aguar la fiesta con detalles del pasado? El Código Penal y su artículo 232-Bis, que habla de actos de misoginia y odio, son meras formalidades en un país donde la reincidencia es tan mexicana como el tequila.

Así, mientras las autoridades se felicitan por haber detenido al presunto agresor en Tlajomulco de Zúñiga y se desahogan las diligencias complementarias, la sociedad puede dormir tranquila. Al menos hasta que el siguiente boletín de prensa anuncie que, una vez más, la impunidad sale victoriosa en este gran circo de la justicia.

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