Nacional
La odisea kafkiana de Don Otilio y la máquina estatal
Un milagro burocrático logra lo imposible: un hombre perdido 17 años es hallado gracias a un algoritmo de redes sociales.

En un giro que hubiera maravillado a los burócratas más entusiastas de El Proceso de Kafka, el ciudadano Otilio Lorenzo Cruz fue finalmente devuelto a su unidad familiar tras diecisiete años de productiva desaparición dentro del laberíntico sistema asistencial mexicano.
El septuagenario, cuyo único delito fue salir a buscar sustento en una nación que premia la movilidad laboral con el olvido institucional, fue localizado no por los omnipresentes sistemas de registro civil, sino por un algoritmo de redes sociales manejado por valientes mujeres que suplen con fervor cívico la ausencia crónica del Estado.
La Casa Hogar Madre Teresa de Calcuta, un establecimiento cuyo nombre evoca caridad universal pero cuya realidad probablemente evoca más bien el hacinamiento presupuestario, fungió como el improbable escenario de este milagro laico. Desde allí, la imagen digitalizada de Don Otilio emprendió el viaje que él no podía hacer, llegando hasta la pantalla de unos familiares que ya lo daban por material de ofrenda.
Entonces, la maquinaria gubernamental despertó de su letargo administrativo. El DIF Sonora, en un arrebato de eficacia cinematográfica, activó su protocolo de acompañamiento humano y logístico –frase que en cualquier manual de relaciones públicas vale por “enviamos un vehículo oficial”–. Se coordinó con municipios, se firmaron oficios, se tomaron fotografías para la memoria institucional. La solidaridad, convenientemente empaquetada para viralización, se convirtió en política pública exprés.
El reencuentro mismo fue todo un espectáculo de reconciliación nacional: lágrimas fotogénicas, abrazos metricamente calculados para caber en un tuit oficial, y ese silencio incómodo que sigue a toda pregunta incómoda: ¿cómo es posible que un hombre desaparezca durante diecisiete años sin que el inmenso aparato estatal note su ausencia hasta que ciudadanas voluntarias hacen su trabajo?
Don Otilio, con la sabiduría obtusa de sus setenta y siete primaveras, confesó no recordar cómo terminó en ese limbo asistencial. Tampoco recordaban preguntárselo las instituciones ahora tan solícitas. Lo importante era el relato: la tecnología y la empatía uniendo lo que la negligencia estatal había separado. Nunca es tarde para volver a casa, siempre y cuando tu caso genere suficiente engagement en redes.
El Estado mexicano, en un final conmovedor, reiteró su compromiso inquebrantable con la protección de los vulnerables, justo después de demostrar que requiere de héroes civiles para encontrar a aquellos que debería tener registrados. Una fábula moderna donde las madres buscan, las instituciones posan, y los Otilios esperan.

-
Internacionalhace 1 día
VÍDEO | Se registra un violento ataque a un policía en el estado de Oklahoma
-
Nacionalhace 2 días
Hospitalizan de emergencia a María Antonieta de las Nieves “La Chilindrina”
-
Internacionalhace 1 día
Alumno de secundaria resulta intoxicado tras beber cloro en una botella llevada por un compañero
-
Nacionalhace 2 días
Gobierno de Trump amenaza con suspender fondos federales a tres estados por incumplir normas de inglés para camioneros
Debes iniciar sesión para publicar un comentario Iniciar Sesión