La épica odisea burocrática de la basura capitalina

La épica odisea burocrática de la basura capitalina

En un alarde de celeridad administrativa que dejaría sin aliento a los dioses del Olimpo burocrático, la recién constituida Agencia de Gestión Integral de Residuos (AGIR) se apresta a iniciar sus labores tras un embarazo gestacional de doce meses, período en el cual el papel oficial ha sido el principal residuo generado.

El secretario de Obras y Servicios, Raúl Basulto, anunció con orgullo paternal que el prodigio nacerá en octubre, tras haber sido concebido en Gaceta Oficial como corresponde a cualquier criatura institucional que se precie. “Hoy está publicado en Gaceta; prácticamente ya está formalmente constituida”, declaró con la solemnidad de quien anuncia el descubrimiento de una nueva ley física.

La jefa de Gobierno, Clara Brugada, había prometido este milagro de la ingeniería residencial el año pasado, asegurando que la agencia transformaría el 50% de los desechos orgánicos de la capital, aunque nadie anticipó que el primer material reciclado serían plazos y promesas.

El decreto creador entró en vigor en noviembre de 2024 estableciendo que la agencia debía operar en 180 días naturales, cláusula que evidentemente fue interpretada en días burocráticos, unidad de tiempo equivalente a tres años civiles según el calendario oficial.

En un acto de realismo mágico institucional, el secretario Basulto calificó esta agencia como una apuesta “muy importante” para la reducción de residuos, sin especificar si se refería a la basura física o a los proyectos fallidos que acumula el gobierno capitalino.