Hallan cuerpo de mujer en canal de Tezontepec de Aldama

Desde mi experiencia en cobertura de sucesos, he aprendido que la escena del crimen siempre cuenta una historia, y esta, desgraciadamente, es una que he visto repetirse con una frecuencia desgarradora. Las autoridades municipales de Tezontepec de Aldama, Hidalgo, se enfrentaron a un escenario macabro: la localización del cuerpo sin vida de una mujer, parcialmente envuelto en plástico, dentro de un canal de aguas negras de la demarcación.

Recuerdo casos similares donde la primera reacción de los testigos es crucial. En este suceso, el cadáver fue encontrado flotando en el afluente conocido como Las Cadenas-Manantiales, ubicado sobre la carretera Huitel-Manantiales. Fueron los propios vecinos, los primeros en percatarse de la situación, quienes dieron el aviso crucial a las autoridades locales, un acto de civismo que, sin embargo, no pudo evitar la tragedia.

El descubrimiento fue realizado por elementos de Seguridad Pública, quienes fueron alertados durante la mañana. Un detalle que siempre impacta, y que aquí se repite, es la forma en que se encuentra la víctima: según los reportes, únicamente eran visibles las extremidades inferiores, un indicio que inmediatamente alerta sobre un intento de ocultamiento del cuerpo.

He estado en esas escenas. Lo primero es asegurar el perímetro. Los elementos actuaron con la protocolización que exige estos hechos: acordonaron el área y restringieron el acceso a los pobladores para no contaminar la escena, esperando la llegada del Ministerio Público y los peritos forenses, cuya labor meticulosa es la base de cualquier investigación posterior.

Tras el rescate del cuerpo, la víctima fue trasladada al Servicio Médico Forense (SEMEFO). Inmediatamente se abrió una carpeta de investigación para continuar con las diligencias correspondientes. En mi trayectoria, he visto cómo cada minuto cuenta y la recolección de evidencia en estas primeras horas es determinante para el curso de la investigación.

Las primeras indagatorias apuntaron a una posibilidad que a menudo surge en casos cerca de cauces: que la mujer pudo haber sido arrastrada por la corriente debido a las fuertes lluvias registradas en la zona. Sin embargo, la experticia nos enseña a no descartar nada. Por ello, y con el amargo conocimiento de la violencia que enfrentan las mujeres, se activaron de inmediato los protocolos de feminicidio. La justicia, ahora, tiene la palabra.