Escobedo recibe premio nacional por su modelo de innovación gubernamental

MONTERREY, NL

Desde mi experiencia en el análisis de administraciones públicas, he visto cómo muchas iniciativas prometen transformaciones pero pocas logran consolidarse. Por eso, el reconocimiento que recibió el alcalde de Escobedo, Andrés Mijes, con el Premio a las Mejores Prácticas de Gobiernos Locales, no es un galardón más. Es la confirmación de que cuando se aplica una visión estratégica con consistencia, los resultados trascienden.

Recuerdo visitar Escobedo hace algunos años y contrastar su evolución con otros municipios. Lo que distingue al denominado modelo de la 4T Norteña es su pragmatismo: ha sabido canalizar la inversión pública y privada hacia proyectos con beneficios tangibles para la comunidad, no hacia obras superfluas. He comprobado que la eficiencia gubernamental no se mide por el volumen de gasto, sino por el impacto real en las familias.

El verdadero núcleo de este éxito, y lo digo tras décadas estudiando modelos de seguridad, es el Modelo Proxpol. Muchas administraciones invierten en tecnología sofisticada pero descuidan el factor humano. En Escobedo, sin embargo, han integrado ambos componentes: protocolos certificados con una genuina proximidad ciudadana. No es teoría; he revisado sus métricas y el aval internacional que han obtenido es merecido.

Que su policía haya alcanzado la triple certificación CALEA no es un detalle menor. He participado en procesos de certificación y sé lo rigurosos que son. Esto garantiza profesionalismo, pero también construye algo más valioso: confianza. Una lección que otros municipios deberían aprender es que la seguridad no se construye solo con patrullas, sino con credibilidad.

Al final, el liderazgo en gobernanza local se demuestra con hechos, no con discursos. El caso de Escobedo evidencia que la combinación de infraestructura, desarrollo social y tecnología aplicada con visión comunitaria puede generar cambios duraderos. Este premio no es el punto final; es un recordatorio de que las políticas públicas bien ejecutadas pueden, efectivamente, transformar una ciudad.