Desmantelan red de trata en secundaria de Cancún

La crudeza de la explotación en las aulas: una lección que nunca olvidaré

En mis años de experiencia en seguridad y derechos de la infancia, he visto cómo la delincuencia se adapta a los entornos más insospechados. Pero el caso de Cancún me impactó profundamente. La Fiscalía General del Estado de Quintana Roo (FGE) desarticuló una red de Trata de Personas operando desde una secundaria, un lugar que debería ser santuario de protección. Una estudiante, apenas una adolescente, reclutaba a compañeras para explotación sexual, ofreciéndoles servicios a cambio de dinero y obsequios. La perversión del engaño juvenil es algo que te marca: promesas de teléfonos celulares y dinero fácil que esconden una pesadilla.

La mecánica era tan sofisticada como despiadada. La alumna canalizaba a las jóvenes hacia Elizabeth Sh., una adulta que las enganchaba, transportaba y entregaba a clientes. Los costos oscilaban entre 2,500 y 3,000 pesos por servicio, del cual la reclutadora escolar obtenía 500 pesos. He aprendido que estos montos, aparentemente altos para una adolescente, son el cebo perfecto para aprovechar su vulnerabilidad económica y emocional. Los encuentros ocurrían en moteles, donde además del pago en efectivo, recibían regalos que normalizaban el abuso.

La clave aquí, y esto es crucial, fue la prevención. El programa “Prevención a través de la educación” de la FGE no fue solo una charla más. Fue la herramienta que permitió detectar patrones, ganar confianza y, finalmente, obtener una orden de aprehensión contra Elizabeth. La lección es clara: la educación preventiva salva vidas. No es teoría; es acción concreta. Gracias a esto, se rescató a dos adolescentes y se judicializó a una probable explotadora. Este caso refuerza mi convicción de que las escuelas deben ser el primer frente de batalla contra estas redes. La indiferencia es nuestro mayor enemigo.