Un mural de esperanza para las familias de desaparecidos en Morelos

En mis años cubriendo la compleja y dolorosa realidad de las desapariciones forzadas, he sido testigo de gestos vacíos y promesas incumplidas. Por eso, el evento de hoy en la Fiscalía General del Estado (FGE) de Morelos no es una nota más; es un rayo de luz tangible en una larga noche de espera.

La institución abrió sus puertas de par en par para instalar un mural móvil dedicado a las fichas de las personas cuyo paradero se desconoce. He visto muchos memoriales, pero este, dentro de las instalaciones de la propia fiscalía, simboliza una aceptación de responsabilidad y un compromiso activo que, les digo por experiencia, es inédito.

De manera pacífica, las integrantes del Colectivo Buscadoras del Sur de Morelos, esas guerreras incansables a las que he acompañado en su lucha, ingresaron al recinto para realizar una conmemoración en el Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada. La tensión que suele haber en estos actos se transformó en una solemnidad cargada de propósito.

Jael Jacobo Lugo, coordinadora del colectivo, una mujer cuya resiliencia he visto crecer con cada batalla, confirmó lo que todos percibíamos: es la primera ocasión que la Fiscalía no solo recibe, sino que acoge las exigencias de los familiares. Esto no es teoría; es un cambio de protocolo que se siente en el ambiente y que marca un antes y un después en la dinámica entre el Estado y la ciudadanía.

El personal de la FGE Morelos acompañó a las familias, y se hizo eco de la disposición del Fiscal General, Edgar Maldonado, de trabajar incansablemente para hacer justicia y honrar los acuerdos con los colectivos. La verdadera prueba, lo sé bien, no está en el gesto inicial, sino en la constancia que le siga. Pero hoy, por hoy, es un paso firme y esperanzador en el camino correcto.