Conéctate con nosotros

Nacional

La democracia en acordeón, un concierto de absurdos judiciales

La ceremonia en el Senado desata una sátira sobre la justicia electa y el esperpento democrático.

Avatar

Publicado

en

La Farsa Democrática en el Gran Teatro del Senado

En un espectáculo de realismo mágico institucionalizado, el Senado de la República se transformó hoy en el escenario principal de la tragicomedia nacional, donde se celebró con pompa y circunstancia la toma de protesta de los nuevos augures de la justicia, elegidos por ese misterioso designio popular que tanto se parece a un truco de prestidigitación.

Foto: El Universal. Capturado el instante preciso en que la realidad supera a la ficción.

Mientras en el interior del recinto legislativo se desarrollaba el ritual sagrado de la investidura judicial, afuera, un coro griego moderno —autodenominado Resistencia Civil Activa y Pacífica— entonaba cánticos proféticos que revelaban las verdades incómodas que nadie quiere escuchar. “¡Acordeón, acordeón, burla a la nación!”, coreaban estos Cassandra urbanos, anticipando el futuro previsible de una justicia comprada al por mayor.

Porfirio, vocero de estos adivinos de la calamidad judicial, explicó con la lucidez de quien ha visto el abismo: “El resultado es idéntico al de un acordeón y la probabilidad estadística de tal coincidencia es tan baja como la honestidad de un político en año electoral”. En un arranque de clarividencia, añadió que el partido en el poder es “un narcopartido terrorista”, calificativo que sin duda será añadido pronto a sus papeles membretados.

Los nuevos miembros del máximo tribunal —elegidos mediante ese proceso democrático tan perfecto que resulta sospechoso— prometen revolucionar la impartición de justicia con una innovadora técnica: la aplicación partidista de la ley. “La ley debe ser ciega —declaró nuestro profeta callejero— pero estos tienen tendencias y están puestos a modo”. Una herejía jurídica que sin duda será enseñada en las futuras academias de derecho como el nuevo paradigma de la justicia adaptable.

Respecto al Primer Informe de Gobierno de la Presidenta, el analista ciudadano resumió la filosofía gubernamental con precisión aristotélica: “Hablan bonito, pero nunca dicen la verdad. Ya sabemos que siempre mienten”. Una declaración que debería esculpirse en bronce a las puertas de todas las instituciones públicas.

Así, entre consignas y camionetas “machuchonas”, se escribe otro capítulo de esta epopeya nacional donde el absurdo se normaliza, la justicia se electrifica y la democracia se pliega como acordeón en manos de un músico borracho.

Anuncio

Ultimas Publicadas

Anuncio

Lo mas visto del día