Un clásico mexicano renace en el Festival de San Sebastián

Imaginen un ecosistema cinematográfico donde las obras no envejecen, sino que se transforman, donde cada restauración no es un simple retoque, sino una resurrección. Este es el espíritu que impulsa a Klasikoak, un espacio que desafía la tiranía de lo nuevo para celebrar la eterna juventud del cine.

La edición 73 del Festival de Cine de San Sebastián, la cita ineludible de Donostia, se convierte en el laboratorio donde este milagro se materializa. No se limita a proyectar películas; activa portales temporales. El elegido para este viaje dimensional es nada menos que El Callejón de los Milagros, la obra maestra de Jorge Fons.

Protagonizada por un elenco visionario encabezado por Salma Hayek, Bruno Bichir, Ernesto Gómez Cruz y María Rojo, este filme de 1994 fue mucho más que una película. Fue un espejo brutal y poético de la sociedad mexicana, un fractal narrativo que conectó el Cairo de Naguib Mahfuz con el México profundo, demostrando que las pasiones humanas son un lenguaje universal.

Su mención especial en la Berlinale no fue un simple premio; fue una validación de una nueva forma de contar historias, un pensamiento lateral que tejía destinos entrelazados con la crudeza de un documental y el lirismo de una tragedia griega. Su restauración no es nostalgia; es un acto de justicia temporal, una oportunidad para que nuevas generaciones descubran que la auténtica innovación narrativa ya sucedió, y merece ser revisitada, no como un relicario, sino como una fuente de inspiración disruptiva para el cine del futuro.