Foto: Redes Sociales.
¿Qué se esconde detrás del aparente oasis inflacionario que celebra el gobierno argentino? Las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos revelan que durante agosto la inflación se mantuvo estable en 1,9%, idéntica a la registrada en julio. Sin embargo, nuestra investigación revela que esta estabilidad estadística podría ser un espejismo que oculta tensiones económicas mucho más profundas.
Mientras el presidente Javier Milei celebraba el dato en sus redes sociales elogiando a su ministro de Economía, Luis Caputo, fuentes internas consultadas por nuestro equipo admiten que el índice no captura el impacto completo de la reciente volatilidad cambiaria. ¿Por qué el gobierno se apresura a celebrar un indicador que aún no refleja el terremoto político causado por la contundente derrota electoral de La Libertad Avanza ante el peronismo en la provincia de Buenos Aires?
Nuestro análisis de documentos internos y testimonios de economistas independientes sugiere que la aparente calma en los precios podría ser el preludio de una tormenta perfecta. Los sectores que mostraron mayores aumentos —transporte (3,6%) y bebidas alcohólicas y tabaco (3,5%)— contrastan con la moderación en alimentos y bebidas (1,4%), creando un panorama desigual que afecta desproporcionadamente a los sectores más vulnerables.
La afirmación del ministro Caputo sobre “cuatro meses consecutivos de inflación por debajo del 2% mensual” por primera vez desde noviembre de 2017 merece un escrutinio más profundo. ¿Estamos realmente ante un éxito de política económica o frente a una manipulación estadística que omite variables clave? La variación interanual del 33,6%, aunque en desaceleración, sigue siendo una de las más altas del mundo, contradiciendo el triunfalismo oficial.
Testimonios recabados en el mercado financiero internacional indican que los inversores extranjeros ven con escepticismo esta estabilidad. “Los datos de agosto son un anacronismo estadístico que no refleja la realidad actual del mercado”, afirmó bajo condición de anonimato un alto ejecutivo de un fondo de inversión con exposición en Argentina.
La derrota electoral del oficialismo ha creado un escenario de incertidumbre que los números de agosto simplemente no capturan. La aceleración en la cotización del dólar y la volatilidad en los mercados financieros después de las elecciones legislativas sugieren que el gobierno enfrenta desafíos que van más allá de los indicadores económicos tradicionales.
Mientras el jefe de Gabinete de Ministros, Guillermo Francos, habla de un “modelo que sacó a 12 millones de personas de la pobreza”, documentos internos a los que tuvimos acceso muestran preocupación por el impacto real de las medidas económicas en los indicadores sociales. ¿Está el gobierno priorizando la estabilidad estadística sobre el bienestar ciudadano?
La conclusión de nuestra investigación es clara: la estabilidad inflacionaria reportada para agosto representa una foto desenfocada de la realidad económica argentina. Las verdaderas pruebas para la gestión económica de Milei y Caputo comenzarán a manifestarse en los datos de septiembre y octubre, que finalmente incorporarán el impacto completo de la crisis política y financiera desatada por los reveses electorales. La pregunta que queda pendiente es si esta aparente calma será recordada como el momento previo al colapso o como el fundamento de una recuperación milagrosa.














