Una fuga de gas licuado de petróleo desencadenó una catástrofe urbana en el oriente de la Ciudad de México, con un saldo preliminar de seis fallecidos y noventa lesionados. El incidente, originado por el volcamiento de un tráiler de transporte, generó una columna de fuego de treinta metros de altura cerca del puente de la Concordia, en los límites de Iztapalapa y Chalco.
La jefa de Gobierno, Clara Brugada, confirmó que diecinueve de los heridos presentan quemaduras de segundo y tercer grado. El jefe de bomberos de la CDMX, Juan Manuel Pérez Cova, declaró el incendio como totalmente controlado, luego de que las llamas consumieran más de 49 mil litros del combustible.
Laura Velázquez, Coordinadora Nacional de Protección Civil, solicitó a la ciudadanía evitar la zona para facilitar las labores de rescate y peritaje, ya iniciadas por la Fiscalía. La hipótesis principal apunta al volcamiento del vehículo como detonante de la fuga y posterior deflagración.
El conductor de la pipa fue trasladado grave a un hospital del Estado de México, pero se reporta con vida. La mayoría de los afectados fueron atendidos en el Hospital José María Morelos y Pavón del ISSSTE y en el Hospital General de Zona Número 53.
Pérez Cova calificó el suceso como una de las explosiones más significativas desde el incidente en el Hospital Materno de Cuajimalpa en 2015. Las autoridades mantuvieron el perímetro acordonado durante horas para estabilizar el contenedor y vaciar los remanentes de gas, mientras se realizaba una revisión forense de los vehículos calcinados.
Testimonios en redes sociales y medios locales captaron el momento exacto de la onda expansiva, que alcanzó el segundo piso del distribuidor vial y afectó a 28 vehículos. Sobrevivientes relataron escenas de pánico, como el caso de un trolebús cuyas puertas no se abrieron a tiempo.
Historias de resiliencia emergieron, como la de Alicia Matías, quien protegió con su cuerpo a su nieta de dos años, resultando con quemaduras graves. Su hija apeló por ayuda médica para su madre, quien permanece en terapia intensiva.
La Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) indicó que la empresa Transportador Silza, propietaria del semirremolque, carecía de seguros de responsabilidad civil y ambiental registrados ante la dependencia. La empresa contradijo esta versión mediante un comunicado, asegurando contar con todas las coberturas específicas para materiales peligrosos y su colaboración plena con las autoridades.
La movilización de cuerpos de emergencia y la coordinación interinstitucional continúan para atender a las víctimas y esclarecer las causas exactas del siniestro.