En un giro que nadie anticipó pero que todos esperábamos en este vasto teatro de lo absurdo que llamamos administración pública, el Gran Director de Ceremonias, la Presidenta Claudia Sheinbaum, ha anunciado con gran pompa el nombramiento de la nueva Domadora Principal del Circo de las Búsquedas Nacionales.
La afortunada artista, Martha Lidia Pérez Gumecindo, una veterana ilusionista especializada en hacer desaparecer… ¡el rastro de las desapariciones forzadas! Su acto anterior como Fiscal Especial para la Investigación de lo que Nunca se Encuentra le ha valido el reconocimiento unánime de la crítica por su habilidad para mantener a las familias esperando en el limbo de la burocracia infinita.
El Sublíder de las Virtudes Humanas, Arturo Medina, salió al balcón del palacio a proclamar los méritos de la nueva comisionada. “¡Cumple con todos los criterios!” exclamó, mientras una lluvia de papelitos de colores caía sobre la plebe. “¡Tiene trayectoria en el arte de archivar expedientes! ¡Experiencia profesional en el noble oficio de redactar informes que nadie leerá! ¡Compromiso y empatía con las víctimas, a quienes promete una silla VIP para esperar sentadas! Y, lo más importante, ¡una capacidad técnica sobresaliente para navegar el laberinto kafkiano que nosotros mismos hemos construido!”.
El pueblo, extasiado por este nuevo capítulo de la comedia humana, solo puede maravillarse ante el ingenio de un sistema que, como un fénix que renace de sus propias cenizas, se reinventa constantemente para no encontrar nunca nada, pero con caras nuevas y títulos más largos. Es la danza eterna de las sillas musicales, donde la música nunca para y las sillas… bueno, esas hace tiempo que desaparecieron.
