Barack Obama instó a las corporaciones mediáticas a resistir la presión del entonces presidente Donald Trump, luego de que ABC suspendiera indefinidamente el programa de Jimmy Kimmel.
Mediante sus plataformas digitales, Obama criticó que la administración de la época elevó la cultura de la cancelación a un nuevo y alarmante umbral, presionando con medidas regulatorias contra las empresas de comunicación para silenciar o despedir a periodistas y voces críticas.
“Esta coerción estatal es exactamente lo que la Primera Enmienda busca evitar. El ecosistema mediático debe plantar cara y defender su integridad editorial, no claudicar”, declaró el expresidente estadounidense.
La cadena ABC paralizó la producción del show tras una advertencia de la FCC sobre posibles sanciones regulatorias debido a los comentarios de Kimmel respecto al asesinato del activista Charlie Kirk.