Investigan envenenamiento masivo de animales en Guanajuato

Una investigación se profundiza en la colonia Prados del Rosario, en San José Iturbide, Guanajuato, tras el hallazgo de al menos veinte perros y gatos sin vida. Los cadáveres, localizados en calles y solares vacíos, presentaban un inquietante indicio: una misteriosa sustancia de color amarillo adherida a sus hocicos.

Los hechos, registrados el 19 de septiembre de 2025, no surgieron de la nada. Testimonios de residentes recogidos por las autoridades revelan un ambiente de tensión previo. Varios vecinos se habrían quejado amargamente de una presunta sobrepoblación de caninos, culpándolos de esparcir la basura. Pero, ¿estas quejas justifican una acción tan extrema? La hipótesis principal de las pesquisas apunta al uso deliberado de croquetas impregnadas con un agente tóxico letal, un método que no discriminó entre mascotas de diversas edades o razas.

La reacción de la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo fue inmediata. A través de un comunicado en sus redes sociales, anunció que ha instruido un seguimiento puntual de las pesquisas. “Nada justifica la crueldad contra los animales. Son seres sintientes, compañeros de vida y parte de nuestras familias. Exigimos justicia”, declaró, prometiendo trabajar para que la empatía y el respeto a la vida sean pilares en Guanajuato.

Sin embargo, las declaraciones de Ana Luz Arévalo, encargada de Medio Ambiente y Ecología Municipal, añaden capas de complejidad al caso. Arévalo confirmó que, antes de la tragedia, ya circulaban amenazas explícitas entre la comunidad. Vecinos alertaron sobre individuos que prometían “envenenarlos”. Además, señaló una problemática subyacente: Prados del Rosario es un punto conocido para el abandono de perros, lo que alimenta un ciclo de negligencia y conflicto. Su dependencia y Servicios Municipales se encargaron de retirar los cuerpos para mitigar cualquier riesgo sanitario, pero la pregunta persiste: ¿quién o quiénes están detrás de este acto de barbarie?

Este incidente no es un hecho aislado, sino un síntoma de un problema social más profundo. Conecta puntos sobre la tenencia irresponsable, la gestión municipal de la fauna urbana y los límites de la tolerancia comunitaria. La investigación continúa, buscando no solo sancionar a los responsables, sino también prevenir que el miedo y la crueldad se impongan sobre la cultura de paz.

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