Muerte de Carlos Gurrola en H-E-B exige justicia laboral

La muerte de Carlos Gurrola Arguijo, “Papayita”, tras ingerir desengrasante en su lugar de trabajo, ha catalizado un debate nacional sobre la seguridad laboral y la responsabilidad corporativa en entornos de tercerización. El incidente, ocurrido en el supermercado H-E-B Senderos de Torreón, es investigado como un presunto envenenamiento y acoso laboral.

Contrario a los reportes iniciales de la Fiscalía, la autopsia confirmó que el deceso del trabajador de 47 años fue resultado de lesiones catastróficas en su tracto respiratorio y digestivo, causadas por la ingestión de la sustancia cáustica que, según denuncias, fue colocada en su bebida por compañeros.

La viralización del caso en plataformas digitales ha generado una ola de solidaridad ciudadana y exigencia de justicia, posicionándolo como un símbolo de la lucha contra la violencia en el espacio de trabajo. La empresa H-E-B, a través de sus canales oficiales, emitió un comunicado lamentando el suceso y comprometiéndose a colaborar con la investigación, aunque destacó que Gurrola era empleado de la subcontratista Multiservicios Rocasa S.A.

Fundada en 1905 por Florence Butt, la cadena H-E-B, que lleva las siglas de su hijo Howard Edward Butt, es un gigante minorista con más de 435 establecimientos entre Texas y México, reconocido por su propuesta de valor centrada en la experiencia del cliente y la diversidad de productos. Este evento pone su ecosistema de proveedores y sus protocolos de compliance bajo el escrutinio público.

El caso trasciende la tragedia individual y se instala en el corazón de las conversaciones contemporáneas sobre ética empresarial, la cultura del safe workplace y la rendición de cuentas en las cadenas de suministro laboral del siglo XXI.

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