Por Ángel Domínguez
Matamoros, Tamaulipas.– La tarde se pintó de sol y brisa marina en la Playa Bagdad, donde decenas de familias decidieron ignorar la alerta sanitaria por influenza aviar y acudieron a disfrutar del mar, las palapas y la arena.
A pesar de los llamados de las autoridades de salud y municipales para evitar la concentración en el balneario, la presencia de visitantes fue notoria. Quienes se instalaban en la zona norte de la playa para ver la tarde caer.
Niños jugando, jóvenes y adultos lanzándose al oleaje y mientras que otros reposaban bajo la sombra de las palapas marcaron la postal del día. Para muchos, el anuncio de riesgo quedó relegado por el deseo de pasar un rato agradable en familia.
El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) emitió la alerta el lunes, luego de confirmar el virus de influenza aviar en una gaviota encontrada en el litoral. Sin embargo, la noticia no fue suficiente para frenar la asistencia.
Las autoridades sanitarias han señalado que este virus, aunque de origen en aves, representa un riesgo para los seres humanos, pues en casos confirmados alrededor del mundo ha alcanzado tasas de mortalidad superiores al 30 por ciento.
Pese a ello, el Golfo de México fue testigo de chapuzones y risas infantiles, mientras las olas golpeaban suavemente la orilla. La tranquilidad del paisaje contrastaba con la preocupación expresada por médicos y especialistas.