Una decisión que redefine los límites del activismo interno
El Buró Federal de Investigaciones (FBI) ha terminado la relación laboral con varios de sus agentes luego de que estos fueran capturados en fotografías arrodillándose en solidaridad durante una manifestación histórica por la equidad racial en Washington. Este episodio, que se originó tras el fallecimiento de George Floyd en 2020, fue confirmado este viernes por tres fuentes con conocimiento directo del procedimiento.
Inicialmente, la institución había optado por una reubicación interna de los implicados a comienzos del año, pero finalmente ejecutó su desvinculación definitiva. Las fuentes, que solicitaron reserva de su identidad para poder hablar sobre un asunto de personal con The Associated Press, revelaron este giro en la estrategia.
Si bien el número exacto de empleados cesados no se ha hecho oficial, dos de las personas consultadas estimaron la cifra en aproximadamente veinte individuos.
Las imágenes que desataron la controversia muestran a un grupo de agentes federales realizando el simbólico gesto de arrodillarse en una de las muchas movilizaciones ciudadanas que siguieron al homicidio de Floyd en mayo de 2020. Su muerte, capturada en un video que dio la vuelta al mundo, generó una ola de indignación global y un examen de conciencia sin precedentes sobre la brutalidad policial.
Este acto de genuflexión, interpretado por algunos sectores del FBI como una afrenta, fue también analizado dentro del mismo cuerpo como una potencial estrategia de distensión para calmar los ánimos en un contexto de alta tensión social.
La respuesta institucional y la batalla legal
La Asociación de Agentes del FBI emitió un comunicado la noche del viernes confirmando que más de una decena de agentes, entre los que se incluían veteranos de las fuerzas armadas con protecciones legales reforzadas, habían sido expulsados. La asociación calificó la maniobra como ilegítima e instó al Congreso a abrir una investigación. Señalaron, además, que estos despidos son otra muestra del menosprecio del director de la agencia, Kash Patel, por las garantías procesales de sus empleados.
“Como el director Patel ha declarado repetidamente, nadie está por encima de la ley”, manifestó la asociación gremial. “Sin embargo, en lugar de garantizar a estos agentes un proceso justo, Patel optó por transgredir nuevamente la normativa al ignorar los derechos constitucionales de estos profesionales, evadiendo el procedimiento establecido”.
Un vocero oficial del FBI se negó a realizar cualquier declaración o comentario sobre el caso este viernes.
La destitución de los agentes que se arrodillaron se enmarca dentro de una reestructuración masiva y una purga de personal más amplia que está teniendo lugar en la agencia bajo el liderazgo de Kash Patel.
Se confirma que cinco agentes y altos ejecivos fueron cesados de manera sumaria el mes pasado en una oleada de despidos que, según funcionarios y exfuncionarios, ha contribuido a una significativa erosión de la moral institucional.
Altos mandos afectados y casos emblemáticos
Uno de los desvinculados, Steve Jensen, participó en la supervisión de las pesquisas relacionadas con la asaltada al Capitolio el 6 de enero de 2021. Otro, Brian Driscoll, quien se desempeñó como director interino durante los primeros días de la administración de Donald Trump, se había opuesto a las exigencias del Departamento de Justicia de revelar las identidades de los agentes que investigaron los eventos del 6 de enero.
Un tercer caso, el de Chris Meyer, fue víctima de una campaña de desinformación en plataformas digitales que lo señalaba erróneamente como partícipe en la investigación sobre la retención de documentos clasificados por parte de Trump en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida. Un cuarto agente, Walter Giardina, estuvo involucrado en pesquisas de alto perfil, como la del exasesor presidencial, Peter Navarro.
Una demanda judicial interpuesta por Jensen, Driscoll y otro supervisor del FBI despedido, Spencer Evans, alega que el director Patel comunicó de manera interna que era “probablemente inconstitucional” despedir a agentes basándose en los expedientes en los que trabajaron, pero que no podía impedirlo porque la Casa Blanca y el Departamento de Justicia estaban decididos a cesar a todos los investigadores que indagaron sobre Trump.