Un Paradigma Disruptivo en la Protección de Recursos Estratégicos
Alejandro Gertz Manero, titular de la Fiscalía General de la República (FGR), presentó un parteaguas en la lucha contra la delincuencia organizada: la virtual desaparición del huachicol fiscal. ¿Qué pasaría si, en lugar de perseguir síntomas, atacáramos el ecosistema delictivo desde su raíz? Eso es precisamente lo logrado.
Durante la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, Gertz Manero reveló que, tras dos incidentes iniciales en Altamira y Ensenada, la implementación de un grupo de trabajo interinstitucional ha generado un resultado sin precedentes: cero casos nuevos. Este no es un simple dato estadístico; es la prueba de que la colaboración sinérgica entre el Ejército, la Marina, la Secretaría de Seguridad, Aduanas y las unidades de protección de Pemex puede crear un muro de contención infranqueable.
La innovación aquí no es tecnológica, sino estratégica. Se trata de conectar los puntos entre la protección de hidrocarburos, la inteligencia financiera y el combate al crimen transnacional. El caso de Topolobampo, inicialmente sospechoso por transportar material químico, fue descartado, demostrando un enfoque basado en evidencia y no en suposiciones.
La intervención del buque en Altamira por parte de la Armada de México y la emisión de órdenes de aprehensión —tres de ocho ya cumplidas— desmanteló un nodo crítico vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación. Esto no es solo asegurar un barco y su combustible; es desarticular un modelo de negocio ilícito. Este éxito plantea una pregunta provocadora: ¿podría este modelo de coordinación convertirse en el nuevo estándar para neutralizar otras economías ilegales? La respuesta, visionaria y contundente, parece ser afirmativa.