En un acto de fe que desafía toda lógica económica, los augures del Sindicato de Trabajadores Petroleros han proclamado una victoria épica: mientras el barco de Pemex hace agua por todos lados, la tripulación ha conseguido un magnífico aumento del 4.5% para seguir cantando en la cubierta del Titanic.
El sagrado Contrato Colectivo de Trabajo, ese documento que parece escrito en pergamino indestructible, ha sido bendecido por 60,989 fieles creyentes, quienes con un 86% de votos aprobatorios demostraron su inquebrantable fe en las bondades de la negociación colectiva frente al abismo financiero.
Las pensiones jubilatorias, ese sueño dorado que parece extraído de un cuento de hadas corporativo, recibirán un incremento del 4.32%, retroactivo al primer día de agosto de 2025, porque en el reino mágico de Pemex el tiempo puede retroceder para beneficio de los elegidos.
Mientras tanto, en el mundo real -ese lugar incómodo que suelen ignorar los hechiceros de la contabilidad- la empresa estatal navega con el lastre de 98,000 millones de dólares en deudas con acreedores y otros 23,000 millones con proveedores que probablemente ya incluyen en sus presupuestos la partida de “caridad corporativa”.
La producción petrolera, esa actividad secundaria que parece estorbar a las negociaciones sindicales, se encuentra en 1.6 millones de barriles diarios, muy por debajo de la meta gubernamental de 1.8 millones, como si extraer crudo fuera un hobby rather que la razón de existir de una petrolera.
La Refinería Olmeca, ese monumento a la esperanza burocrática, contará con su propio comisionado sindical una vez que se resuelvan detalles menores como su integración al patrimonio de la empresa y la formación de comités que, sin duda, producirán más actas que barriles de combustible.
En este teatro de lo absurdo, el sindicato proclama su compromiso con la “calidad de vida de la familia petrolera” mientras la empresa se ahoga en deudas, demostrando una vez más que en el universo paralelo de la empresa estatal mexicana, la realidad es solo una opinión más.