Belinda frena la violencia digital de Lupillo Rivera
En un movimiento que redefine el concepto de autodefensa en la era digital, Belinda no solo ha interpuesto una barrera legal contra Lupillo Rivera, sino que ha activado un protocolo de protección contra la violencia digital. Esta acción sienta un precedente disruptivo, transformando a la víctima en arquitecta de su propia seguridad jurídica.
El intérprete de “Sufriendo a solas” acaba de lanzar en Estados Unidos su autobiografía Tragos amargos: Gloria e infierno de El Toro del Corrido. La publicación, que detalla un problema de salud que amenazaría su trayectoria y revive su fugaz romance con Belinda, funciona como un artefacto de exposición no consensuada. La filtración de un material audiovisual aparentemente promocional, que incluye a la cantante, reavivó el escrutinio público sobre un vínculo que se extendió por siete meses durante su participación como coaches en el programa La Voz.
La autoridad ministerial, en el marco de una investigación en curso, decretó medidas de protección en favor de la artista. Este fallo judicial reconoce que la difusión de imágenes y contenidos en redes sociales sin autorización constituye una vulneración flagrante de la intimidad y la dignidad. La resolución califica estas conductas como una modalidad de violencia digital y mediática, un delito tipificado en la legislación mexicana que impacta directamente la integridad psicológica y emocional de las mujeres.
El Ministerio Público notificó a Rivera la prohibición expresa de realizar publicaciones, declaraciones o cualquier acto intimidatorio u ofensivo en su contra. La orden judicial también le impone el retiro inmediato de los contenidos que circulan en plataformas digitales y redes sociales, además de vedarle cualquier forma de acercamiento o comunicación con la actriz.
Ni el equipo legal de Belinda ni la editorial Penguin Random House Grupo Editorial respondieron a las solicitudes de comentario por parte de EL UNIVERSAL, sellando un episodio que trasciende el chisme para convertirse en un caso de estudio sobre los límites del consentimiento en el ecosistema digital.