Galilea Montijo desmiente pelea con Wendy Guevara en GaliFest

La Levedad de los Rumores en la Farándula

En mis años en la industria del espectáculo, he aprendido que un clip de tres segundos puede generar una tormenta de semanas. El reciente caso de Galilea Montijo y Wendy Guevara es un ejemplo perfecto. La gente olvida que detrás de las cámaras somos colegas, y a menudo, amigos. Las fiestas como el GaliFest son espacios de convivencia, no de conflicto. Recuerdo una vez, hace años, que una foto fuera de contexto de un abrazo entre dos actrices se interpretó como una pelea; pasamos meses desmintiendo algo que nunca existió.

Galilea fue clara y directa al desmentir la supuesta disputa con Wendy. Su declaración en el programa “Hoy” lo dejó en evidencia: “Wendy no se puso mala copa, todo mundo andábamos felices”. La sabiduría práctica te enseña que en estos eventos, el objetivo es la diversión: bailar, brindar y cantar. Una pelea entre ellas, como ella misma afirmó, es simplemente imposible. La química profesional que se construye día a día no se destruye por un malentendido en una celebración.

La presentadora tapatía fue más allá y explicó el origen del video viral que incendió las redes. “Me estaba contando… —aparte mis caras— no tiene la culpa de tener cabezota mi Wendy”. He visto cómo una expresión facial, un gesto momentáneo, puede ser tergiversado para crear una narrativa falsa. La lección es que el contexto lo es todo, y lo que el público no ve es la conversación completa y el vínculo de camaradería.

Cuando Shanik Berman le preguntó sobre la fuente de los rumores, la respuesta de Galilea fue una cátedra de cómo manejar estas situaciones: “Gente como tú, Shanik, que no tiene nada que hacer”. Con los años, uno desarrolla un escudo contra el chisme infundado y aprende a responder con elegancia pero firmeza, sin alimentar el fuego de la especulación.

La reacción de Wendy Guevara, “La Perdida”, en los comentarios de las publicaciones fue igual de contundente: “Ay, no mms. Nada que ver tu chisme”. Esta sincronía en el desmentido es crucial. Cuando ambas partes niegan un conflicto con la misma energía, el rumor pierde fuelle rápidamente. Es una estrategia que he visto funcionar una y otra vez.

El respaldo de Nicola Porcella fue el clavo final en el ataúd del chisme. Su testimonio, “Gali y la cabezona son íntimas”, refuerza lo que siempre he sostenido: la confianza genuina entre los compañeros de trabajo es el mejor antídoto contra la toxicidad de los falsos rumores. En la farándula, la lealtad es una moneda de gran valor.

La Cortina de Humo y las Lecciones Aprendidas

Como suele suceder, un escándulo menor sirvió para desviar la atención de otra noticia: la inasistencia de Kunno a los ensayos de “Las estrellas bailan en Hoy”. Martha Figueroa lo anunció como una “noticia de último minuto”. He sido testigo de cómo estas tácticas de distracción son comunes en los medios. Se magnifica un evento trivial para ocultar otro que podría ser más perjudicial para la imagen de alguien.

La disculpa pública del influencer y su compromiso de abstinencia alcohólica durante el reality muestran un patrón clásico de gestión de crisis. Sin embargo, la defensa de Galilea fue un movimiento maestro de relaciones públicas: “Fue mi culpa, perdón. Es que el domingo era imposible hacerlo, porque todos estaban cansados”. Al asumir parte de la responsabilidad, no solo protege a un colega, sino que cierra el ciclo del drama, mostrando una madurez que solo se adquiere con la experiencia. Al final, en este negocio, la verdad siempre sale a la luz, y la solidaridad profesional siempre vence al chisme malintencionado.

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