El sublime plan para salvar a los taxis del olvido
En un acto de generosidad sin precedentes, la Sacrosanta Secretaría de Movilidad de la Megalópolis ha desvelado su Proyecto Fénix para el Renacimiento Taxístico 2025, una visionaria cruzada destinada a transmutar esa reliquia rodante que llamamos taxi en un carruaje digno del siglo XXI.
El edicto, promulgado con gran pompa en las Sagradas Escrituras de la Gaceta Oficial, promete limosnas estatales y préstamos benévolos para que los nobles concesionarios puedan reemplazar sus artefactos prehistóricos por carrozas modernas, menos tóxicas y, teóricamente, con asientos que no se adhieren al usuario.
¿En qué consiste este milagro de la ingeniería burocrática? Según el Dogma Oficial de Movilidad, los coches deben reencarnarse cada década. Para facilitar esta metempsicosis vehicular, el gobierno ofrece un sofisticado sistema de dádivas que pretende convertir el parque móvil en una flota de ensueño, donde el taxímetro no sea un instrumento de tortura psicológica.
La iniciativa otorga un óbolo por chatarrización de $120,000 pesos –suficiente para comprar media llanta de un vehículo nuevo– más $20,000 pesos adicionales si el automóvil incluye artilugios para la accesibilidad universal, porque nada dice “inclusión” como subir a un taxi nuevo que igual te cobrará el triple.
Además de estas migajas del erario público, los afortunados podrán acceder a préstamos automotrices con intereses de ensueño, concedidos por entidades bancarias bendecidas por la siempre generosa Nacional Financiera. Eso sí, solo para quienes superen el ritual de la evaluación crediticia, donde se determina si eres lo suficientemente pobre para recibir ayuda, pero no tanto como para no pagarla.
El objetivo final de esta epopeya es que los taxímetros capitalinos se conviertan en carruajes de eficiencia, accesibilidad y seguridad ejemplares, garantizando un servicio de excelencia para el medio millón de mártires que diariamente se juegan la vida en este deporte extremo urbano.
¿Qué requisitos exige este programa salvífico? Los postulantes deberán presentar:
- Documento de identidad vigente (para confirmar que existes)
- CURP y comprobante de residencia con antigüedad no mayor a dos meses (porque tu vida cambia cada 60 días)
- Título de concesión y factura original del vehículo (si la perdiste, tu taxi seguirá siendo una reliquia)
- Tarjeta de circulación o acta de denuncia por robo (por si el coche ya fue “sustituido” por la delincuencia)
- Estar al día en pagos de revista y tenencias (el Estado ayuda, pero no regala)
- Presentar tres fotografías del vehículo a sustituir (para el archivo de horrores vehiculares)
Las súplicas estarán abiertas hasta el 3 de noviembre de 2025 en el portal digital oficial, donde la burocracia se encuentra con la tecnología para recordarte que, aunque el taxi sea nuevo, el trámite seguirá siendo medieval.