México enfrenta crisis humanitaria tras lluvias torrenciales

Una Encrucijada Climática que Exige una Reingeniería de la Resiliencia Nacional

Foto: AP

La cifra oficial de fallecidos a causa de los diluvios extremos en México se elevó a 64 este lunes, mientras se revelaba el verdadero alcance de la catástrofe: inundaciones devastadoras y deslizamientos de tierra que han transformado la geografía nacional. Laura Velázquez, coordinadora nacional de Protección Civil, confirmó el balance, pero la situación dista de estar controlada.

Las autoridades anticipan que el número de víctimas mortales podría incrementarse dramáticamente, dado que 65 personas permanecen en condición de desaparecidas y aproximadamente 200 poblaciones continúan completamente aisladas, sin acceso a ayuda externa.

El gobierno federal ha implementado un operativo de respuesta sin precedentes, movilizando a 10.000 efectivos militares y elementos de la Marina, junto con brigadas de rescate civiles federales y locales. Estos equipos se desplazan por tierra y mediante helicópteros para alcanzar las zonas de mayor afectación, mientras simultáneamente se ejecutan labores críticas de despeje de vialidades y se continúa con la búsqueda intensiva de los desaparecidos. Constructoras privadas se han sumado a este esfuerzo, aportando maquinaria pesada para la rehabilitación de accesos terrestres.

Solo en el estado de Hidalgo, al norte de la capital del país, se reportan 43 personas sin paradero conocido. Las autoridades estatales aún no han logrado establecer comunicación con 115 localidades, según declaró el gobernador Julio Menchaca a Milenio Televisión. En la región norte de Veracruz, la situación es igualmente crítica, con más de 80 poblados incomunicados.

La presidenta Claudia Sheinbaum reconoció que aún se requerirán varios días para acceder a los puntos de mayor complejidad logística, aunque las Fuerzas Armadas han intensificado la implementación de corredores humanitarios aéreos para transportar suministros de primera necesidad: agua potable, alimentos y medicamentos esenciales.

“Se necesitan numerosas operaciones de vuelo para transportar provisiones alimentarias y recursos hídricos suficientes” hacia estas áreas afectadas, expresó la mandataria, quien además agradeció la colaboración de compañías de construcción privadas que han facilitado su equipo pesado para apoyar en la apertura de caminos.

No obstante los desafíos, Sheinbaum aseguró que “existen recursos suficientes, en eso no se va a escatimar… porque todavía estamos en periodo de emergencia”.

Las evaluaciones preliminares estiman aproximadamente 100.000 hogares dañados. En los casos más extremos, se trata de viviendas construidas en las riberas de cauces fluviales que “prácticamente desaparecieron”, según describió la presidenta.

Los desbordamientos de los últimos días barrieron automóviles, arrasaron viviendas e infraestructura vial, y saturaron las carreteras con lodo, rocas y escombros. En redes sociales circularon imágenes que capturaron la desesperación ciudadana: un hombre arrodillado sobre el techo de un automóvil, un niño refugiado en un árbol mientras una carretera se transformaba en un torrente impetuoso.

Las autoridades meteorológicas han atribuido estos fenómenos pluviales a la interacción de dos ciclones tropicales que se desarrollaron en la costa occidental mexicana -el huracán Priscilla y la tormenta tropical Raymond, ya disipados- combinados con un frente frío y una masa de aire cálido que convergieron en la región más impactada, creando una tormenta perfecta de consecuencias históricas.

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