El cierre del gobierno de EEUU profundiza su crisis política

Un Pulso Partidista Paraliza a la Nación

WASHINGTON.— Los demócratas del Senado de Estados Unidos han bloqueado este jueves, por décima ocasión, una iniciativa de ley de gastos provisionales para reactivar la administración federal. Su postura es firme: exigen que el Legislativo aborde de manera prioritaria los subsidios para los seguros médicos, un tema que se ha convertido en la línea roja de las negociaciones.

Con el cierre del gobierno estadounidense en su tercera semana, un letrero desvía a los turistas en la entrada del Centro de Visitantes del Capitolio, en Washington.

La votación de esta mañana fracasó con un resultado de 51 votos a favor frente a 45 en contra, una cifra muy por debajo de los 60 requeridos para superar el obstruccionismo parlamentario y avanzar con la propuesta.

Esta repetición de escrutinios se ha normalizado en el Capitolio, evidenciando la fractura política y la parálisis institucional. Mientras el Senado centra su agenda en este ciclo de votaciones estériles, los representantes republicanos han abandonado Washington. Este bloqueo, que ya supera las dos semanas, mantiene en el limbo a cientos de miles de empleados públicos, muchos sin la seguridad de un pago, y ha dejado al Congreso en un punto muerto operativo.

“Mientras nos posicionamos como dos bandos aparentemente atrincherados en este decimosexto día de cierre, la gente real se pregunta si su gobierno estará allí para ellos”, declaró la senadora republicana Lisa Murkowski, reflejando la frustración ciudadana.

Este cierre está a punto de superar el de 16 días registrado en 2013, que también giró en torno a la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA). El parón más extenso en la historia reciente concluyó en 2019, tras 35 días de disfuncionalidad.

El Costo Real de la Paralización

Aunque las fuerzas armadas recibieron sus salarios esta semana, la sostenibilidad de esta medida es incierta. La Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca notificó al Congreso que cubrir este período de pago tuvo un costo de 6.500 millones de dólares. El próximo desembolso está programado en dos semanas, añadiendo una capa más de urgencia a la crisis.

El líder de la mayoría del Senado, John Thune, ha intentado reiteradamente que los demócratas depongan su estrategia de rechazo sistemático al proyecto de financiación. Sus esfuerzos han sido infructuosos. Aunque se han mantenido conversaciones bipartidistas sobre posibles acuerdos en materia de atención sanitaria, no se vislumbran avances significativos para desbloquear la situación.

“El Partido Demócrata es el partido que no acepta un sí por respuesta”, afirmó Thune en un encendido discurso en el hemiciclo.

Thune ha ofrecido la posibilidad de una votación posterior para ampliar los subsidios de los planes de salud de la ACA, pero se ha negado a “garantizar un resultado o un desenlace” concreto, una postura que los demócratas consideran insuficiente.

Una Carrera Contra el Reloj Sanitario

La bancada demócrata afirma que no cederá hasta obtener garantías firmes sobre la extensión de los créditos fiscales para los seguros médicos. Alertan de que millones de estadounidenses—entre ellos pequeños empresarios, agricultores y contratistas—enfrentarán alzas brutales en sus primas en las próximas semanas, cuando se publiquen las nuevas tarifas. Con la fecha límite del 1 de noviembre en la mayoría de los estados, confían en que la presión ciudadana forzará a los republicanos a negociar de forma seria.

“La crisis de la ACA se cierne sobre la cabeza de todos, y sin embargo, los republicanos parecen listos para dejar que las primas de la gente se disparen”, declaró Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata en el Senado.

En un intento por romper el estancamiento, Thune probó una táctica alternativa este jueves: convocó una votación para proceder con los proyectos de ley de asignaciones, desafiando a los demócratas a votar en contra de la financiación del Departamento de Defensa. Una vez más, el resultado fue negativo.

La Lógica del Enfrentamiento

Los demócratas han cerrado filas en torno a sus prioridades sanitarias, resistiéndose a avalar una propuesta republicana que reabriría el gobierno. Sin embargo, también reconocen que el margen para lograr un consenso y evitar el colapso de los precios de los seguros se reduce rápidamente.

Durante su control del Congreso en la pandemia, los demócratas ampliaron los subsidios para los planes de la ACA. Esta medida impulsó la inscripción en la ley emblemática de Barack Obama y redujo la tasa de personas sin cobertura a un mínimo histórico. Según KFF, una organización sin fines de lucro especializada en investigación sanitaria, casi 24 millones de personas obtienen actualmente su seguro de salud en estos mercados subsidiados, un dato que subraya la enorme repercusión de este pulso político en la ciudadanía.

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