H. Matamoros Tamaulipas a 21 de octubre de 2025.- En la teoría, Matamoros cuenta con representantes en el Congreso del Estado de Tamaulipas, en la práctica, pareciera que nuestros diputados locales solo existen en nómina y en las fotos oficiales. Tres legisladores que llegaron cobijados por el movimiento de la transformación, pero que hoy actúan con el mismo guion del pasado: silencio, ausencia y simulación.
La diputada Elvia Guía es el ejemplo más claro de la desconexión entre el discurso y la realidad. Su presencia en Matamoros es casi inexistente; no se le escucha en el Congreso defendiendo las causas que afectan a las familias de su distrito, ni se le ve gestionando recursos o empujando iniciativas que generen cambios. Los matamorenses votaron por una mujer que prometía ser una guerrera, una voz firme, y lo que obtuvieron fue una representante que prefiere tomarse fotos pintando árboles o peor aún entregar despensas en nombre de empresarios en lugar de a nombre propio, en lugar de levantar la voz en la trububa. Una diputada callada en un Congreso que necesita fuerza, no protocolo.
Por otro lado, el diputado Víctor García, médico de profesión, parece haber optado por una receta peligrosa: la del mutismo político. No se le ve en eventos públicos, no se acerca a las colonias, no acompaña al alcalde en gestiones ni aparece cuando la ciudadanía necesita respaldo. Se comenta que mantiene diferencias con el presidente municipal Beto Granados, y si es así, esa disputa personal no debería ser motivo para desaparecer de la vida pública. En el Congreso, sus intervenciones giran alrededor de temas superficiales, como la eliminación de comida chatarra, donde pide apoyo a los padres de familia, asi es, así como lo lee, sus temas son comida chatarra y salud al abuelito, mientras la gente clama por leyes que protejan su economía, su seguridad y su bienestar. Un diputado que parece otro priista pintado de guinda, más preocupado por no incomodar que por representar.
Y aunque el diputado Isidro Vargas ha mostrado preparación y disciplina académica al concluir su maestría en Contabilidad y Auditoría Gubernamental, también se ha ido apagando. Fue de los pocos que en su momento levantó la voz y sostuvo posturas con conocimiento de causa, pero hoy la distancia con la ciudadanía es evidente. No se le ve recorriendo colonias, escuchando a los vecinos o dando seguimiento a las necesidades más urgentes, no se le ve en medios. Su conocimiento es valioso, pero sin presencia y sin acción, queda reducido a un mérito personal, no a un beneficio colectivo.
Los tres comparten algo más que una curul: la desconexión con Matamoros. Creen que nadie los observa, que su silencio pasa inadvertido y que sus ausencias no pesan. Pero es todo lo contrario: la ciudadanía los ve, los juzga y los recuerda. Porque mientras ellos se esconden en la comodidad de la capital, los matamorenses enfrentan los problemas de siempre: y si avanzan es gracias al esfuerzo de su gente, no por el trabajo de sus representantes.
Hoy Matamoros exige presencia, resultados y compromiso real. Queremos diputados que se vean, que actúen, que defiendan, no políticos que solo figuren en las listas del Congreso. Los tres, Elvia Guía, Víctor García e Isidro Vargas, deben entender que representar a un pueblo no es aparecer en redes sociales, sino pararse frente a la gente y dar la cara.
Los priistas vestidos de morenistas que no hicieron ningun informe en las colonias en su primer año, que no tuvieron un acercamiento a la gente, piensan que nadie los ve. Pero el pueblo sí los ve, los observa y los evalúa. Y cuando llegue el momento de volver a las urnas, también sabrán responder con la misma moneda: con el voto, que es la voz más fuerte y la más clara de todas.
En el mundo que gira y gira, nada es lo que parece.