El circo del fentanilo culmina con arresto en Cuba
En un giro que supera cualquier trama de espionaje, el Gran Teatro de la Justicia Mexicana presenta su acto final: Zhi Dong Zhang, el ilustre proveedor oriental de la muerte sintética para los cárteles de Sinaloa y CJNG, ha sido “redescubierto” en Cuba. Las fuentes del gabinete de seguridad, esas mismas que meses atrás no podían vigilar una casa, ahora anuncian triunfalmente que el “Brother Wang” disfrutaba de sus vacaciones caribeñas.
El espectáculo de la fuga domiciliaria
En julio, nuestro protagonista protagonizó su propio reality show: Escape Imposible: Edición Tlalpan. Mientras la Guardia Nacional montaba guardia como extras mal pagados, Dong Zhang demostró que un brazalete electrónico es tan útil como un collar de papel. El túnel que conectaba su residencia con la propiedad vecina —obra de ingeniería que haría palidecer al Chapo— evidenció que en México, la prisión domiciliaria es simplemente un hotel con servicio a la fuga.
Antecedentes de una comedia judicial
Las investigaciones revelan que tres cómplices ayudaron al magnate del narcotráfico, en una coreografía que evocaba el ballet clásico Fuga del Altiplano. Irónicamente, el mismo día de su desaparición, una Corte Federal de Georgia emitía nueva orden por lavar 20 millones de dólares —migajas para un hombre que mueve toneladas de fentanilo. El colmo llegó cuando un juez del Reclusorio Oriente se declaró incompetente para juzgar a un hombre que se burló del sistema: la justicia mexicana en su máxima expresión, incapaz hasta de castigar sus propias humillaciones.
El contexto de la captura caribeña
Recordemos que Zhi Dong Zhang fue inicialmente detenido en octubre de 2024 en un operativo multinstitucional que involucró a la FGR, Marina, Ejército y hasta el CNI. Sin embargo, algún iluminado judicial decidió que este traficante de miles de kilos de drogas merecía la comodidad de su hogar. Así, de una residencia de lujo en Lomas de Santa Fe pasó a otra en Lomas de Padierna, siempre con la vigilancia testimonial de la Guardia Nacional. Mientras tanto, en Estados Unidos lo requieren por exportar suficiente veneno para aniquilar poblaciones enteras, un detalle menor para nuestro sistema judicial, más preocupado por los derechos humanos del narcotraficante que por sus víctimas.
El epílogo de esta tragicomeria nos lleva a Cuba, donde finalmente las autoridades sí saben cómo capturar a un fugitivo. Quizás México debería importar no solo productos chinos, sino también métodos cubanos de aplicación de la ley.


















