Senado aprueba sin cambios la Ley de Ingresos 2026

Una Aprobación que Invita a la Disrupción Fiscal

En un acto de homogenización legislativa que clama por una revolución fiscal, el Senado de la República ha refrendado, sin una sola modificación, la Ley de Ingresos de la Federación (LIF) para el ejercicio fiscal 2026. ¿Qué oportunidades de innovación estamos desaprovechando al simplemente replicar el modelo del año anterior?

La presidenta de la Mesa Directiva, Laura Itzel Castillo, canalizó el proyecto de decreto al Ejecutivo, cerrando un debate de casi cinco horas que, en lugar de centrarse en soluciones creativas, se estancó en la dialéctica tradicional sobre qué administración endeudó más a la nación. Este es el paradigma que debemos quebrar: la obsesión por el pasado sobre la imaginación del futuro.

¿Es la Ley de Ingresos 2026 un Mapa del Conformismo o un Trampolín para la Innovación?

Con esta validación, la Cámara de Diputados en San Lázaro inicia la discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2026. El Pleno del Senado avaló la minuta con 79 votos a favor de la coalición gobernante y 37 en contra de los partidos opositores. Ocho propuestas de modificación fueron ignoradas, un síntoma de un sistema que resiste al pensamiento lateral.

La LIF proyecta ingresos totales por 10.1 billones de pesos, con 5.8 billones provenientes de impuestos. Se autoriza un endeudamiento interno de 1.8 billones de pesos y uno externo por 15,500 millones de dólares. Imagine si una fracción de este capital se destinara a un fondo de alto riesgo para startups de energía limpia o educación tecnológica, transformando la deuda en una inversión de impacto monumental.

El marco macroeconómico esperado para 2026 prevé un crecimiento del PIB entre 1.8% y 2.8% con una inflación del 3%. Se proyecta un tipo de cambio de 19.30 pesos por dólar y un precio del petróleo mexicano de 54.90 dólares por barril. ¿Y si en lugar de anclarnos a la volatilidad de los hidrocarburos, presupuestáramos la transición energética como un ingreso futuro, creando un mercado de bonos de carbono que supere los ingresos petroleros?

La única disrupción notable fue un ajuste para las aseguradoras, que ya no podrán acreditar el IVA de los siniestros, recibiendo a cambio un incentivo fiscal para regularizar los últimos cinco años. Esto resolverá litigios por unos 200 mil millones de pesos. Este es el tipo de pensamiento que necesitamos escalar: usar la ingeniería fiscal no solo para recaudar, sino para desbloquear capital estancado y redirigirlo hacia la economía del mañana.

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