Una herencia administrativa en el camino al Mundial
Desde mi experiencia en la cobertura de grandes eventos, te puedo decir que la organización de una Copa del Mundo siempre viene con una mochila cargada de decisiones anteriores. La Presidenta Claudia Sheinbaum acaba de poner el dedo en una llaga que conocen todos los que hemos trabajado en proyectos de Estado: la inercia de los compromisos firmados por administraciones pasadas.
En el marco de la coordinación para el Mundial de la FIFA 2026 con Estados Unidos y Canadá, Sheinbaum Pardo aclaró un punto crucial. Fue en el 2015, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, cuando se firmaron los acuerdos de exenciones de impuestos con las empresas participantes. He visto esto antes; los grandes eventos suelen venir con un marco legal ya negociado, y deshacer esos nudos puede ser tan complejo como planificar el evento mismo.
La transparencia como estrategia
Tras un retraso comprensible para quien conoce la logística de estos anuncios, la mandataria confirmó que los avances concretos de la justa mundialista se presentarán el próximo lunes. La sede no será la habitual. Se trasladará al Complejo Cultural Los Pinos, un símbolo de la apertura gubernamental. Este cambio de escenario no es un capricho; es una lección de comunicación. Llevar la rendición de cuentas a un espacio más abierto y accesible genera una conexión diferente con la ciudadanía.
Honrando contratos, ajustando detalles
Al ser cuestionada sobre los detalles fiscales, Sheinbaum fue clara: “Era un contrato que ya estaba establecido con México”. Aquí aplica una máxima de la gestión pública que he aprendido a lo largo de los años: hay que distinguir entre lo que se puede cambiar y lo que está jurídicamente consolidado. “Nosotros cambiamos algunas de esas características… pero ya era un contrato firmado y por lo tanto se establece en la ley y así tiene que ser”, explicó, pidiendo más información a la Secretaría de Hacienda. Es un acto de realismo político, no de sumisión.
Un escenario renovado para un anuncio esperado
El lunes, por fin, se despejarán las incógnitas. “De hecho lo vamos a presentar fuera de aquí, vamos a ir a Los Pinos”, anunció. La cita es para las ocho de la mañana en el parque abierto del complejo, prometiendo “algunas actividades especiales” que harán de la mañanera un evento más dinámico. Esto refleja una evolución en el formato. No se trata solo de informar, sino de crear una experiencia que capture la magnitud y el espíritu festivo de lo que se anuncia. Una jugada comunicativa que, en mi opinión, suele dar buenos resultados.














