Replanteando la Seguridad Hídrica: Una Revolución Legislativa
En un movimiento que podría reconfigurar la geopolítica del agua en México, el presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal, y el director de la Comisión Nacional del Agua, Efraín Morales, han iniciado una ofensiva conceptual contra lo que denominan la “economía clandestina del agua”.
Esta alianza estratégica busca no solo modificar la Ley de Aguas Nacionales, sino crear un nuevo paradigma regulatorio a través de una Ley General de Aguas que conciba el recurso hídrico como un bien común estratégico, no como una mercancía.
¿Por Qué Este Enfoque es Disruptivo?
Monreal reveló que han diseñado una arquitectura legal que ataca el problema desde la raíz: el modelo de concesiones que permite el desvío masivo de agua destinada a la agricultura hacia desarrollos industriales e inmobiliarios. ¿Qué pasaría si en lugar de perseguir solo a los “huachicoleros” rediseñamos el sistema de concesiones para hacer imposible el desvío?
La discusión de esta reforma transformadora está programada para después de la aprobación del Presupuesto de Egresos, creando un marco financiero coherente con la nueva política hídrica.
Reimaginando la Gobernanza del Agua
El diagnóstico es contundente: “Confrontamos una distorsión sistémica donde concesiones agrícolas se transforman en commodities para especulación inmobiliaria e industrial”, explicó el legislador. Pero la solución va más allá del enforcement tradicional.
La propuesta visionaria incluye combatir la extracción ilegal mediante tecnología satelital, crear mercados regulados de agua que transparenten su circulación, y establecer un nuevo contrato social donde el agua deje de ser el petróleo del siglo XXI para convertirse en el eje de una nueva economía circular.
Esta no es solo una reforma legal; es un manifiesto sobre cómo una nación puede reclamar su soberanía sobre el recurso más vital del Antropoceno.
