La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo afirmó que el empresario Ricardo Salinas Pliego ha instrumentalizado políticamente el asesinato de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, Michoacán, vinculando esta acción a una resistencia del magnate para cumplir con sus obligaciones tributarias. Durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, la mandataria caracterizó esta conducta como un aprovechamiento oportunista de una tragedia, señalando la falta de empatía real y el intento de deslegitimación a través de etiquetas como “narcogobierno”.
Sheinbaum expuso que la estrategia de Salinas Pliego se enmarca en una oposición sistemática basada en intereses económicos particulares, específicamente en su rechazo a contribuir al fisco nacional. Esta declaración surgió como respuesta a la difusión, por parte del líder de Grupo Salinas, de un video que muestra la toma del Palacio de Gobierno en Morelia, acompañado de un mensaje que acusaba al partido en el poder de buscar desarmar a la ciudadanía para dejarla vulnerable ante la delincuencia.
La presidenta reconoció, con un tono de comprensión, la indignación legítima que embarga a la comunidad de Uruapan tras la pérdida de un edil descrito como una figura muy apreciada. Sin embargo, hizo una clara distinción entre este duelo colectivo natural y lo que calificó como una operación política orquestada. En este contexto, se refirió a una convocatoria lanzada en redes sociales por un colectivo identificado como Generación Z, interpretándola como una manifestación más de esta campaña de desprestigio.
Sheinbaum alertó sobre los significativos recursos financieros que, según su perspectiva, se destinan a manipular tendencias en plataformas digitales, con el objetivo de crear un ambiente de confusión y descontento social artificial. Subrayó la complejidad de este nuevo frente, donde la batalla por la narrativa pública se libra con herramientas de comunicación modernas y presupuestos cuantiosos.
Al abordar el tema de fondo, la seguridad, la mandataria rechazó de forma contundente cualquier planteamiento que abogue por las ejecuciones extrajudiciales como método de control. Argumentó que este tipo de medidas, lejos de ofrecer una solución, perpetúa y profundiza los ciclos de violencia. Para sustentar su postura, realizó un análisis histórico, recordando el periodo de Lázaro Cárdenas Batel como gobernador de Michoacán, que coincidió con el inicio de la llamada guerra contra el narcotráfico declarada por el expresidente Felipe Calderón.
Sheinbaum enlazó este momento histórico con la situación actual, describiendo la estrategia de Calderón como una medida de legitimación política tras una elección presidencial ampliamente cuestionada en 2006. La mención de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública actualmente detenido en Estados Unidos, sirvió como ejemplo de los fracasos y las graves complicidades que han marcado las políticas de seguridad del pasado.
Finalmente, la jefa del Ejecutivo federal se refirió a los ajustes emprendidos dentro del Poder Judicial, destacando los esfuerzos para evitar la liberación sistemática de individuos implicados en actividades delictivas. Concluyó su intervención reafirmando la postura de su gobierno: una confrontación directa contra lo que percibe como campañas de desinformación financiadas y una defensa de una estrategia de seguridad de Estado, opuesta a las acciones por cuenta propia y basada en el fortalecimiento de las instituciones.
				
															
								
															














