La noticia que todos los aficionados esperaban
Después de varios días de incertidumbre y zozobra que mantuvieron en vilo a la comunidad de la lucha libre, el icónico gladiador mexicano Blue Demon Jr. finalmente recibió el alta médica. Como quien ha visto décadas en este negocio de alto impacto, les digo que estas situaciones nos recuerdan la vulnerabilidad incluso de los héroes enmascarados.
El valor de cada caída y cada levantada
El heredero de una de las máscaras más emblemáticas del pancracio mexicano, quien sufrió un severo accidente de tráfico que lo mantuvo en terapia intensiva, fue autorizado para proseguir con su rehabilitación en el hogar. En mis años en este medio, he aprendido que las lesiones fuera del ring suelen ser las más traicioneras.
La perspectiva del gladiador
En sus primeras declaraciones tras el percance, el luchador manifestó profunda gratitud por conservar la vida y reconoció el valor de cada momento. “Existen muchas emociones contradictorias. Siento gran responsabilidad porque me ausenté de algunos compromisos y jamás había faltado a mi trabajo, pero anímicamente y corporalmente me encuentro bien”, confesó el deportista.
El enmascarado, quien dejó el centro hospitalario acompañado de su vástago, enfatizó que esta etapa de convalecencia será crucial para disfrutar a sus seres queridos, con la esperanza de regresar pronto al cuadrilátero. “Me entrego al criterio de los especialistas; ellos determinarán el momento adecuado para mi reincorporación laboral. Pretendo reposar y compensar el tiempo con mi familia. Hay Blue Demon para rato”, afirmó con ese temple característico de los grandes campeones.
El diagnóstico experto
Con el atleta ya en su domicilio, fue su médico tratante Mario García quien compartió el pronóstico sobre el posible retorno del luchador al encordado, proyectando un lapso de noventa días para establecer un calendario definido. “El afectado está suficientemente recuperado para retornar a su vivienda. Presentó un traumatismo craneoencefálico con edema cerebral severo. Durante los próximos tres meses debemos monitorear que no desarrolle hemorragias ni ninguna complicación que impida su regreso a la lucha profesional”, concluyó el galeno.
Desde mi experiencia, les digo a los jóvenes luchadores que escuchen a sus cuerpos y a sus médicos. He visto talentos prometedores arruinar sus carreras por apresurar regresos. La paciencia, aunque duela en el alma, es parte del oficio.














