La fábrica de certificados del bienestar nacional
En un acto de generosidad sin precedentes, el Gobierno de México ha instituido el sublime programa Jóvenes Construyendo el Futuro, una ingeniosa máquina de transformar jóvenes desempleados en portadores de un documento mágico que certifica su existencia productiva. Bajo la sabia administración de nuestra presidenta Claudia Sheinbaum, este ingenioso mecanismo convierte la falta de empleo formal en una virtud certificable.
El programa ofrece una capacitación gratuita de doce meses en el arte de sobrevivir, donde los aprendices reciben la modesta suma de 8 mil 480 pesos mensuales y la bendición de un seguro médico del IMSS que cubre desde un resfriado hasta el trauma existencial de saber que tu futuro depende de un formulario burocrático.
El santo grial de las competencias laborales
El certificado de competencias laborales representa la culminación de este viaje iniciático. Tras demostrar sus habilidades ante el oráculo del CONOCER – esa misteriosa entidad de la SEP especializada en validar lo evidente – los jóvenes reciben este pergamino que declara al portador “apto para la vida laboral”.
Este documento, válido a nivel nacional, funciona como un pasaporte hacia el mundo del empleo digno, o al menos hacia la ilusión de ello. Los afortunados pueden añadirlo a su currículum justo después del séptimo depósito mensual, cuando ya han internalizado que la paciencia es la mayor de las virtudes laborales.
El ritual de obtención del documento sagrado
Para acceder a esta reliquia burocrática, los postulantes deben seguir un elaborado ritual:
- Penetrar en el sanctasanctórum digital: jovenesconstruyendoelfuturo.stps.gob.mx
- Descifrar los avisos crípticos en la sección de notificaciones
- Completar el formulario de autodeclaración de competencias
- Someterse al escrutinio del gran consejo certificador
- Ofrecer el tributo preferencial requerido por la burocracia sagrada
- Finalmente, descargar el documento que certifica que eres certificable
Así, el círculo se completa: de jóvenes sin empleo a poseedores de un certificado que acredita que estuvieron doce meses siendo jóvenes sin empleo, pero ahora con un documento que lo prueba. ¡Oh, milagro de la modernidad!















