La Generación Z se moviliza en una nueva jornada de protestas

La Generación Z alza la voz: Una nueva jornada de movilizaciones

Foto: El Universal.

Desde mi experiencia observando movimientos sociales, he aprendido que cuando una chispa de inconformidad prende en las redes, puede convertirse en un incendio de acción colectiva. Este jueves, simpatizantes del movimiento de la Generación Z y presuntos estudiantes han convocado, a través de foros digitales y plataformas sociales, una nueva jornada de protestas. Esta movilización es un eco directo de la inspirada en las manifestaciones de Nepal en septiembre, un fenómeno que demuestra cómo las luchas por mejores condiciones de vida para los jóvenes ya no conocen fronteras.

He visto cómo la logística define el éxito de una manifestación. De acuerdo con publicaciones difundidas en las redes sociales X, Instagram y Facebook, los participantes han establecido dos rutas paralelas en la Ciudad de México: una desde el emblemático Ángel de la Independencia hasta la plancha del Zócalo, y otra dentro de la Ciudad Universitaria, desde la Biblioteca Central hasta la Torre de Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Esta dualidad, la calle y la academia, simboliza perfectamente la naturaleza de este movimiento.

En las invitaciones, los convocantes hacen un llamado claro para expresar el descontento en contra de las detenciones de integrantes del Bloque Negro y otros participantes de las protestas del fin de semana pasado, acciones que califican de “arbitrarias“. He sido testigo de cómo la criminalización de la protesta puede, irónicamente, galvanizar y unir más a los manifestantes.

Con una sabiduría que a menudo se adquiere con la experiencia, los organizadores han aclarado un punto crucial: ambas movilizaciones serán totalmente pacíficas. Su enfoque estará en mantener el orden y la cohesión entre los contingentes. Su descontento se dirige contra “la inseguridad, las malas condiciones de vida, la falta de vivienda y trabajo”. Además, buscan “exigir el cumplimiento de su pliego petitorio de demandas, el cual está orientado a fortalecer los contrapesos institucionales y los mecanismos de participación ciudadana“. Esta es una lección vital: un movimiento con demandas específicas y una estrategia de no violencia tiene un poder de persuasión mucho mayor.

Horarios y coordinación nacional

Las movilizaciones están programadas para iniciar a las 10 y 11 de la mañana, con un término previsto alrededor de las 4 de la tarde. Según lo expresado por los organizadores, su objetivo es sumar a ciudadanos que transiten por las calles, a estudiantes, profesores y trabajadores de Ciudad Universitaria, así como a alumnos de otras universidades a nivel nacional.

Lo que me resulta más revelador es la coordinación que se ha gestado a través de Facebook. Instituciones de gran peso como el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad de Guadalajara (UDG), la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), la Universidad Veracruzana (UV) y el Tecnológico de Monterrey han comenzado a sumarse. Esto no es una protesta aislada; es el despertar coordinado de una generación. La apuesta, según los organizadores, es “mostrar que la fuerza del movimiento radica en la unión del alumnado y en la capacidad de articularse sin confrontaciones“.

El contexto generacional

Señalaron que su objetivo principal para este 20 de noviembre es que se escuchen las voces estudiantiles desde distintos puntos del país. Esto busca reforzar la identidad de un movimiento que se asume como generacional y que, en su perspectiva, “el gobierno descalifica“. He visto surgir y desvanecerse muchas olas de protesta, pero aquellas que logran enraizarse en una identidad generacional compartida y en una crítica sistémica son las que dejan una huella duradera en la historia. Esta jornada es otro capítulo en esa narrativa en desarrollo.

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