El nuevo zar de la belleza y sus negocios en la sombra
En un giro que Jonathan Swift hubiera admirado por su pura y sublime absurdidad, el circo global de la belleza coronada, conocido pomposamente como la 74ª edición de Miss Universo, se instala en Bangkok. Allí, 122 doncellas de todo el orbe se preparan para la sagrada ceremonia de la pasarela, mientras los verdaderos titiriteros ajustan sus cuentas entre bambalinas. El espectáculo, por supuesto, va mucho más allá de la mera contemplación de la hermosura; es una farsa monumental donde el empresariado y la polémica bailan un vals de intereses turbios.
El Santo Grial de la Virtud Corporativa
Mientras la mexicana Fátima Bosch encarna el papel de la doncella guerrera que enfrenta al dragón tailandés, Nawat Itsaragrisil, el gran salvador blanco, Raúl Rocha Cantú</strong, emerge de las sombras como el inquisidor magnánimo. Con la solemnidad de un cónsul romano, Rocha condena la conducta del organizador, proclamando que este "olvidó lo que significa ser un buen anfitrión". Una lección de etiqueta cortesana en medio de un campo de batalla comercial. ¡Qué sublime paradoja!
¿Quién es el Mecenas Tras el Trono?
Originario de la industrial Monterrey, el señor Rocha no es un mortal común. Es un titán del capitalismo moderno, un alquimista que transforma cualquier industria que toca, ya sea la energía, la aviación o, ahora, la fabricación de sueños y coronas. Como director general de CYMSA y fundador de un imperio que abarca desde el gas hasta los cielos, su currículum es un tratado sobre la versatilidad del poder económico. Para lavar su aura terrenal, también preside una organización filantrópica, Niños, Mujeres y Ancianos Protegidos AC, porque ¿qué mejor manera de limpiar la conciencia que con una pizca de caridad estratégica? Su ascenso culminó con la adquisición del 50% del santuario global de la belleza, la Miss Universe Organization, situándose como el copropietario junto a la tailandesa Anne Jakkaphong. Un verdadero matrimonio de conveniencia transcontinental.
Las Manchas en el Traje de Etiqueta
Pero, ¡ay!, el camino hacia el Olimpo de la belleza no está exento de cadáveres en el armario. La trayectoria del magnate está salpicada de episodios lúgubres. Su coqueteo con el lucrativo negocio de los antros de juego, incluyendo la cadena Casino Royale—escenario de una tragedia infernal donde perecieron 52 almas en 2011—, es un detalle menor en esta épica de progreso. Al frente de Miss Universo México, ha implantado un nuevo modelo de “gestión” caracterizado por una opacidad tan densa como el humo de un incendio, despidos expeditivos y acusaciones de practicar una “inclusión forzada” que no es más que el maquillaje de las viejas prácticas. El colmo del refinamiento satírico lo ofrece su exposición pública junto a la ganadora de Miss Universo 2024, Victoria Kjaer, alimentando rumores de favoritismo y intereses extracurriculares. En este nuevo universo, la corona no es un símbolo de gracia, sino un accesorio en el teatro del poder y la ambición.













