La reconciliación pública de Fátima Bosch y Nawat Itsaragrisil

Lecciones de protocolo en el mundo de los certámenes

En mi larga trayectoria siguiendo la industria de los concursos de belleza, he sido testigo de cómo las tensiones entre directivos y candidatas son más comunes de lo que el público imagina. Lo que vivimos entre Fátima Bosch y Nawat Itsaragrisil durante Miss Universe 2025 me trae a la memoria numerosos episodios donde la diplomacia debió imponerse sobre el conflicto.

A pesar del momento incómodo que protagonizaron días antes de la final, la actual soberana universal Fátima Bosch y el empresario tailandés Nawat Itsaragrisil, director de Miss Grand Tailandia, volvieron a encontrarse durante la celebración de coronación en Tailandia.

Y aunque la resolución de su desencuentro permanece en el misterio, su interacción generó expectación entre los asistentes y los aficionados a estos eventos.

El arte de la reconciliación pública

La noche del viernes, hora local, se desarrolló la Coronation Party de Miss Universe 2025 en el Grand Richmond Convention Hotel de Bangkok, ceremonia que también contó con la presencia de Raúl Rocha Cantú, presidente y copropietario de Miss Universe Organization. Durante la gala se otorgaron diversos galardones, incluyendo los títulos de Reinas Continentales: África y Oceanía: Miss Costa de Marfil (Olivia Yacé); Américas: Miss Venezuela (Stephany Abasali); Asia: Miss China (Zhao Na) y Europa: Miss Malta (Julia Cluett).

Un encuentro calculado ante las cámaras

En plataformas digitales circulan grabaciones del instante en que Fátima ingresa al salón acompañada por dos escoltas, una mujer y un hombre, y rodeada de equipos de filmación. Con una amplia sonrisa, exhibiendo un vestido largo verde brillante, ondas suaves en su cabellera, la corona dorada y su banda de Miss Universe, la representante mexicana progresó saludando a los invitados. Al aproximarse a Nawat, le extendió la mano, lo tomó del hombro y le obsequió un beso en la mejilla, mientras él correspondió con naturalidad. Acto seguido saludó a Veena Praveenar, representante local y subcampeona del certamen.

El intercambio ocurrió frente a Rocha Cantú, y posteriormente todos tomaron asiento juntos. Otros fragmentos visuales demuestran el temple de Fátima, quien a principios de noviembre había denunciado hostigamiento verbal por parte de Nawat durante los eventos preliminares. En otro segmento de la velada, Fátima tomó la mano de Nawat para convidarlo a ascender juntos al estrado, entre los vítores del público. Ambos sonrieron y mantuvieron breves conversaciones.

Las sutilezas del lenguaje corporal

También protagonizaron un intercambio amable ante los medios de comunicación: Nawat se acercó como si se presentara por primera vez con Fátima, estrecharon sus manos y, tras algunas fotografías, Fátima ejecutó el gesto del corazón con los dedos al estilo coreano; él imitó el ademán antes de aplaudirle. La reacción de Nawat al conocer el nombre de la triunfadora captó la atención, ya que su disposición no concordaba con algunas publicaciones en redes sociales: “Diez mil millones de palabras que no se pueden decir”, escribió en una historia efímera. El mensaje fue interpretado como una alusión tanto para Fátima como para la MUO y los directivos mexicanos.

Respecto al desenlace, según declaró a medios internacionales: “Oh, no puedo comentar sobre el resultado, pero siempre lo respeto. Si los jueces y la organización ya lo han decidido, debemos aceptarlo. Pero, ciertamente, depende de lo que piensen los aficionados al concurso de belleza. Estoy esperando ver los comentarios desde sus hogares”.

El legado de una coronación controvertida

Antes de la final, Fátima ganó adeptos al revelar públicamente el maltrato verbal que recibió de Nawat. En un encuentro con periodistas, luego del incidente, reiteró su consideración hacia Tailandia, pero dejó establecido que no permitiría ofensas. Material audiovisual anterior muestra a Nawat reprendiéndola frente a otras competidoras por no promocionar un concurso de popularidad no avalado por la MUO. Fátima afirmó que él la llamó “tonta” y que el conflicto emergió por desavenencias internas.

Tras la coronación, la mexicana ha recibido tanto respaldo como impugnaciones, especialmente de quienes consideran que la delegada de Costa de Marfil merecía una posición más elevada. Mientras tanto, el empresario Omar Harfouch, quien habría sido uno de los jueces del certamen y optó por abandonar el cargo, generó polémica al afirmar en redes que “Bosch” era una falsa ganadora debido a que Rocha y el padre de la modelo mantenían una estrecha relación comercial.

He aprendido que en esta industria, las apariencias importan tanto como la realidad. Lo que vemos en escena es solo la punta del iceberg de complejas negociaciones tras bambalinas. La profesionalidad de Fátima al manejar esta situación demuestra una madurez que muchos directivos de certámenes esperan pero rara vez encuentran en candidatas tan jóvenes.

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