El Gran Teatro de la Commodity Emocional
En un acto de generosidad sin precedentes, el Sumo Sacerdote del Reggaetón, Bad Bunny, ha inaugurado su peregrinaje global “DeBÍ TiRAR MáS FOToS World Tour” con una revelación divina: la escasez artificial es el nuevo opio del pueblo.
El mesías musical prepara su llegada al santuario mexicano.
El estadio olímpico Félix Sánchez se transformó en el templo donde se consagró la nueva trinidad del espectáculo contemporáneo: falsa exclusividad, nostalgia mercantilizada y el culto a la experiencia efímera. Allí, una voz femenina – probablemente la musa de la Mercadotecnia – anunció con solemnidad que “25/8” sería el maná que solo los feligreses dominicanos podrían digerir.
¿Acaso no es profundamente conmovedor que en la era de la reproducción técnica infinita, el artista más streamed del planeta descubra que su verdadero valor reside en crear ilusiones de singularidad? Cada país recibirá su migaja exclusiva, su momento pretendidamente auténtico en esta coreografía meticulosa de deseo manufacturado.
La Diplomacia de las Canciones Negadas
Mientras tanto, en la Ciudad de México, las ocho funciones en el Estadio GNP Seguros se promocionan como el equivalente musical a la lotería existencial: ¿qué balada será la elegida para el sacrificio ritual en el altar de la exclusividad? El misterio se mantiene con la precisión de un estado totalitario gestionando las raciones de esperanza.
El sublime absurdo alcanza su cénit con la posible participación de Marco Antonio Solís, “El Buki”, quien – en un acto de rebelión geriátrica – exigió su lugar en este carnaval postmoderno. ¿Qué mejor metáfora para nuestra era que un trovante tradicional mendigando espacio en el cirque du reggaetón?
Así funciona la economía de la atención en el capitalismo tardío: creamos escasez donde hay abundancia, valor donde hay reproducción, y significado donde hay algoritmos. Bad Bunny no vende música: vende la ilusión de que en un mundo de copias infinitas, tu experiencia puede ser original. Brillante, trágico y perfectamente absurdo.









