La noche de los cuartos de final del Apertura 2025 de la Liga MX promete un choque de gigantes entre Rayados y América en el Estadio BBVA, un escenario que siempre impone respeto.
Sin embargo, tras años cubriendo esta liga, he aprendido que el factor inesperado suele ser el protagonista. En esta ocasión, tres bajas de peso lastiman a ambos conjuntos. Las Águilas afrontarán el compromiso sin su francés Allan Saint-Maximin, quien se quedó en la capital por un cuadro febril. Por el lado de la escuadra regia, la situación es más compleja: Lucas Ocampos se fracturó en un percance doméstico y Carlos Salcedo arrastra una dolencia muscular.
El análisis táctico detrás de las ausencias
Como bien reportó Felipe Galindo, el periodista local, “Carlos Salcedo no estará disponible esta noche ante América. Lo deja fuera una lesión muscular. Verán cómo evoluciona para que pueda estar en la vuelta. La lesión está en uno de sus chamorros”.
Recuerdo cuando el ‘Titán’ firmó con Rayados, la ilusión era enorme. Pero el destino, caprichoso en el fútbol, quiso que en su primer entrenamiento sufriera una fractura en la rodilla derecha. Eso lo mantuvo inactivo durante los primeros nueve meses del año, un recordatorio cruel de lo frágil que puede ser la carrera de un futbolista. Verlo caer de nuevo justo ahora duele en la afición.
Lecciones de la experiencia en duelos cruciales
La baja de elementos clave como Saint-Maximin y Salcedo no es solo un dato en la planilla; es un golpe táctico que resuena en el vestuario. He visto cómo la ausencia de un solo hombre puede desequilibrar todo un sistema de juego. La Liga MX es un ecosistema de máxima exigencia donde, en instancias definitivas, el rendimiento colectivo se pone a prueba.
Ambas escuadras se verán forzadas a reconfigurar sus esquemas. No se trata solo de sustituir un nombre por otro; es sobre la química, los movimientos automatizados y la confianza que se construye partido a partido. En mi trayectoria, los equipos que superan estas adversidades son aquellos con una profundidad de plantilla y una mentalidad a prueba de balas. Quien logre adaptarse mejor bajo esta presión, tendrá la llave para avanzar hacia las semifinales.


















