El sistema de salud de Tamaulipas ha gestionado 28 alertas y ejecutado 14 traslados de pacientes como parte integral de una estrategia estatal diseñada para la detección temprana de riesgos cardiovasculares. Esta iniciativa, que combina tecnología, protocolos médicos de urgencia y un enfoque preventivo, busca no solo responder a emergencias, sino también acompañar a la población vulnerable y reforzar la cultura de la prevención de enfermedades del corazón desde sus etapas iniciales.
La acción se enmarca en la estrategia de Atención Oportuna y Reducción del Riesgo Cardiovascular, coordinada por la Secretaría de Salud estatal a través del Centro Regulador de Urgencias Médicas (CRUM). El eje tecnológico de este programa es la aplicación móvil “Código Infarto”, una plataforma que sirve como canal de alerta y gestión para casos de sospecha de infarto agudo de miocardio, permitiendo una activación rápida y estructurada de los recursos sanitarios.
El secretario de Salud de Tamaulipas, Vicente Joel Hernández Navarro, explicó que estas acciones responden a la instrucción del gobernador, Américo Villarreal Anaya, de priorizar la salud cardiovascular y hacer que las herramientas para su cuidado estén al alcance de cada paciente. “Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en el mundo y su debida atención representa un reto del siglo 21”, afirmó Hernández Navarro. Subrayó que el objetivo último de estas estrategias es salvar vidas actuando a tiempo, pero también generar conciencia sobre los factores de riesgo subyacentes. “Detrás de cada infarto, están los millones de personas con hipertensión, diabetes, obesidad y enfermedad renal crónica”, recordó.
El programa, de alcance estatal, se sustenta en tres pilares fundamentales. El primero es la evaluación meticulosa del riesgo cardiovascular individual. El segundo es el acompañamiento digital a pacientes identificados como vulnerables, un seguimiento que busca mejorar la adherencia a tratamientos y controles. El tercer pilar, y quizás el más importante a largo plazo, es la reducción activa del riesgo mediante el fomento de estilos de vida saludable, abordando la raíz de muchas patologías cardíacas.
Operativamente, la plataforma digital que sustenta la estrategia recopila y procesa información clínica clave de los pacientes. Con estos datos, el sistema puede estratificar el riesgo de cada persona, clasificándolo en categorías que van desde bajo y moderado hasta alto, muy alto o crítico. Esta clasificación no es un mero diagnóstico, sino un mecanismo de triaje que determina el nivel de intervención requerido. Como resultado de esta evaluación, a los pacientes en riesgo se les otorga acceso directo y guiado a la aplicación “Código Infarto”, integrando así la prevención con la respuesta de emergencia.
Este modelo representa un avance significativo en la salud pública de la región, ya que trasciende la mera atención de la urgencia para construir un circuito continuo de cuidado. No se limita a recibir una llamada de auxilio, sino que trabaja proactivamente para evitar que esa llamada llegue a realizarse. La tecnología actúa como un puente entre el ciudadano y el sistema de salud, acortando tiempos de reacción que son decisivos en el caso de un infarto, donde cada minuto cuenta para preservar el músculo cardíaco.
En sus declaraciones, el secretario Hernández Navarro recalcó la filosofía que guía estas medidas: “Con estas acciones y bajo la conducción del doctor Américo Villarreal, seguimos impulsando políticas, programas y acciones que combinan ciencia, prevención y humanidad”. Esta frase sintetiza el enfoque integral de la estrategia: no es solo una cuestión de equipos o aplicaciones, sino de una visión que coloca la preservación de la vida en el centro. La meta, tal como se ha expresado, es que Tamaulipas “late con un mismo propósito, cuidar la vida de su gente”, uniendo esfuerzos técnicos, humanos y administrativos para enfrentar uno de los mayores desafíos sanitarios de nuestra época.

















