Sheinbaum impulsa una nueva era para la conectividad aérea
En un contexto de auge turístico para México y fricciones comerciales tras la suspensión de operaciones de carga desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), la presidenta Claudia Sheinbaum delineó una estrategia clara: lograr que Estados Unidos valide el valor geoestratégico tanto del AIFA como del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), un paso crucial para ampliar la red de rutas hacia el norte.
Diplomacia y datos: la respuesta a las restricciones
Frente a la medida estadounidense, basada en alegadas inconsistencias con el tratado bilateral, se activó una mesa de colaboración binacional. Este canal de diálogo, explicó Sheinbaum, analiza protocolos y sincronización para prevenir nuevos vetos. La clave actual es la transparencia: las terminales deben notificar con antelación sus vuelos con destino a EU. “Esencialmente, esa es la restricción y todavía no hay restricciones adicionales”, precisó la mandataria.
Visando un ecosistema aeroportuario integrado
Las conversaciones avanzan con el objetivo de un pacto que reconozca la sinergia de toda la red del corredor centro del país, donde también operan los aeropuertos de Toluca, Querétaro y Cuernavaca. No obstante, el foco está en los dos hubs principales: el AICM y el AIFA. “Nuestro objetivo es que Estados Unidos reconozca… la importancia de los dos aeropuertos”, afirmó. La visión es incluso más ambiciosa: que la administración estadounidense contribuya a atraer mayor tráfico aéreo hacia la terminal de Santa Lucía, identificada como un nodo logístico de alto potencial.
Confianza del sector privado en el modelo AIFA
Sheinbaum destacó que, a pesar del conflicto, las firmas de logística ya establecidas en el AIFA muestran un firme compromiso con el recinto. “No se quieren ni siquiera regresar al Aeropuerto Benito Juárez, están contentos”, subrayó, señalando la aceptación del nuevo modelo operativo.














