El titular de la Secretaría de Salud federal, David Kershenobich Stalnikowitz, ofreció un mensaje de tranquilidad y un llamado a la acción preventiva tras la confirmación del primer caso de influenza A H3N2 subtipo K en el país. Durante una entrevista con Joaquín López-Dóriga en Radio Fórmula, el funcionario aclaró que este virus no representa una novedad alarmante dentro del panorama de enfermedades respiratorias estacionales, sino una variante más de la influenza para la cual ya existe un escudo efectivo: la vacunación anual.
Kershenobich explicó con precisión que este subtipo, al igual que otros como el H1N1, forma parte de la circulación habitual de virus de influenza durante la temporada invernal. El aspecto técnico crucial que destacó es que la vacuna contra la influenza disponible en la actualidad para la campaña estacional está diseñada para proteger específicamente contra esta variante H3N2. Este punto es fundamental para disipar dudas y subraya que la herramienta principal de defensa ya está en los centros de salud, lista para ser utilizada.
El mecanismo de protección de la vacuna fue desglosado de manera clara por el secretario. La inmunización cumple una doble función: en primer lugar, reduce significativamente la probabilidad de contraer la infección. En segundo lugar, y esto es igual de importante, en aquellos casos en los que la enfermedad se llegue a desarrollar, la vacuna previene la evolución hacia complicaciones graves, hospitalizaciones y desenlaces fatales. Se trata, por tanto, de una intervención que modera la severidad del cuadro clínico, protegiendo especialmente a los grupos más vulnerables.
En cuanto a la logística, la autoridad sanitaria garantizó que cuenta con existencias suficientes de la vacuna para cubrir a toda la población objetivo. No obstante, los datos actuales muestran un margen de mejora en la cobertura. Hasta el momento, se ha inmunizado aproximadamente al 48 por ciento de la población meta. La meta explícita es alcanzar al 100 por ciento, con un enfoque prioritario en personas adultas mayores, mujeres embarazadas, personal de salud, niños y personas con comorbilidades como diabetes, hipertensión o enfermedades pulmonares crónicas, quienes enfrentan un riesgo elevado.
El caso confirmado, detectado por el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias en la Ciudad de México, sirve como un recordatorio de la circulación activa del virus. Según la información oficial, el paciente afectado ya se encuentra recuperado tras recibir un tratamiento ambulatorio con antivirales, lo que demuestra la efectividad del manejo clínico oportuno. Este episodio no ha activado alarmas extraordinarias, pero sí refuerza la necesidad de mantener los sistemas de vigilancia en estado de alerta.
El Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica continúa con su monitoreo y análisis permanente para identificar de manera temprana cualquier caso adicional, una práctica de rutina que permite a las autoridades sanitarias rastrear el comportamiento de los virus y anticipar su impacto. Este marco de vigilancia es la base para una respuesta ordenada y basada en evidencia.
El mensaje final de las autoridades es directo y práctico. Exhortan a la población a acudir a los centros de salud, unidades médicas y puestos de vacunación para aplicarse las vacunas correspondientes a la temporada invernal. Además de la vacuna contra la influenza, recomiendan completar los esquemas contra COVID-19 y la vacuna contra el neumococo, formando así una triple barrera de protección que reduce riesgos de manera integral. La combinación de estas medidas individuales con una vigilancia epidemiológica robusta constituye la estrategia más sólida para enfrentar los desafíos de salud pública que presenta cada temporada invernal, transformando la información en una acción concreta y salvadora.
