La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), en coordinación con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), ha dado a conocer los resultados del Tercer Monitoreo 2025 de la Calidad del Agua de Mar. Este estudio exhaustivo, realizado en el marco del periodo vacacional invernal, evalúa el estado de 289 playas de uso recreativo distribuidas en 76 destinos turísticos de 17 estados costeros del país. Los datos, disponibles para la ciudadanía a través de la aplicación móvil “Playas Mx”, ofrecen una radiografía precisa de las condiciones sanitarias de los litorales mexicanos y confirman una tendencia positiva en la reducción de la contaminación.
El proceso de análisis, ejecutado por las Áreas de Protección contra Riesgos Sanitarios y la Red Nacional de Laboratorios de Salud Pública, se basó en la toma de 2 mil 233 muestras de agua en zonas de alta afluencia turística. El parámetro central de evaluación fue el criterio microbiológico establecido por la Organización Mundial de la Salud, que fija un límite máximo de 200 enterococos por cada 100 mililitros de agua. Este indicador es clave, ya que la presencia de esta bacteria fecal es un marcador confiable de contaminación y supone un riesgo potencial para la salud de los bañistas, pudiendo causar infecciones gastrointestinales, cutáneas o en ojos y oídos.
Los resultados son alentadores: 283 playas, lo que representa el 98% del total monitoreado, cumplen con el estándar de calidad y son declaradas aptas para el uso recreativo. Esta cifra refleja una mejora sustancial respecto al monitoreo anterior del 17 de julio, donde se registraron 16 playas no aptas. En esta ocasión, la lista se reduce a solamente seis. Este descenso continuo en el número de playas contaminadas no es aleatorio; es el resultado directo de las acciones de vigilancia, saneamiento y coordinación entre autoridades federales, estatales y los Comités de Playas locales, que trabajan para identificar y atacar las fuentes de contaminación, frecuentemente asociadas a descargas de aguas residuales.
Un dato particularmente significativo es el cambio de estatus de catorce playas que, en el muestreo previo, no eran aptas y que ahora sí cumplen con los criterios sanitarios. Este grupo incluye puntos emblemáticos como las playas Hornos y Caletilla en Acapulco, Guerrero; Playa del Cuale y Playa Camarones en Puerto Vallarta, Jalisco; y varias playas en la costa de Michoacán, como Nexpa y Caleta de Campos. La reclasificación de estos espacios demuestra que las intervenciones correctivas pueden tener un efecto tangible y rápido en la recuperación de la calidad del agua, devolviendo estos espacios a la comunidad y al turismo.
Por otro lado, la autoridad sanitaria mantiene la atención en las seis playas que actualmente no superan el límite permitido. Estas son: Tijuana, en Baja California; Mismaloya, en Jalisco; las playas El Veneno o Miramar y San Francisco, en Sonora; Barra del Tordo, en Tamaulipas; y José Martí, en Veracruz. En estos puntos, Cofepris ya coordina esfuerzos intensivos de saneamiento para identificar las causas específicas de la contaminación y aplicar las soluciones de ingeniería y gestión necesarias. Se trata de casos localizados que requieren atención particular, pero que no empañan el panorama general favorable.
Para el turista y la población en general, este monitoreo riguroso se traduce en información verificada y en seguridad. La recomendación oficial es consultar siempre la aplicación “Playas Mx” o la página institucional de Semarnat antes de visitar un destino costero, ya que las condiciones pueden variar debido a factores meteorológicos o ambientales. Además, se reitera el llamado a la corresponsabilidad: la conservación de playas limpias no es solo una tarea de las autoridades, sino que requiere del compromiso de visitantes y residentes para evitar arrojar basura y contaminantes. La salud de los ecosistemas costeros es, en última instancia, un indicador de la salud pública y un pilar fundamental para un turismo sostenible y seguro en México.
