Antonio Mohamed cierra para siempre la puerta a dirigir la Selección Mexicana

Tras conquistar el bicampeonato con los Diablos Rojos de Toluca, Antonio Mohamed prefiere mirar hacia adelante. En una charla franca, el experimentado estratega argentino dejó clara una postura que muchos en el medio sospechábamos: su tren con la Selección Mexicana no solo partió, sino que descarriló hace tiempo. “Ese tren ya pasó para mí”, sentenció con una calma que solo da el haber vivido numerosas especulaciones a lo largo de una carrera. En este oficio, aprendes a distinguir entre el interés genuino y la mera cortesía protocolaria, y el “Turco” sintió con certeza que su nombre nunca estuvo realmente sobre la mesa.

Una decisión tomada desde la experiencia

“Nunca más”. Son palabras fuertes, definitivas, que no sueltas a la ligera cuando has dirigido en varias ligas y conoces el peso de la palabra pública. Mohamed lo dijo para ESPN, sin ambages. He visto a muchos colegas dejar una rendija abierta por diplomacia o esperanza, pero él optó por la crudeza. Reconoció, con la sabiduría de quien ha reflexionado profundamente, que quizá un día le pese esta determinación. Esa honestidad consigo mismo es un lujo que pocos se permiten en un ambiente donde las puertas suelen cerrarse solo por fuera. Su enfoque ahora, nos cuenta, está en otros proyectos, en el día a día con su club, donde tiene el control y el cariño tangible de una afición que lo idolatra.

La confirmación desde dentro del sistema

La perspectiva se enriquece cuando alguien desde el interior del sistema confirma lo intuido. Jaime Ordiales, exdirectivo de las selecciones nacionales, aportó el contexto que falta en tantas notas fugaces. Reveló que, efectivamente, a inicios de 2023 hubo un acercamiento y conversaciones. Sin embargo, como sucede a menudo en el complejo entramado de la dirección de equipos nacionales, esas pláticas no cristalizaron en una oferta concreta. Ordiales, con la visión de un conocedor, subrayó la trayectoria que Mohamed está forjando y no descartó que en el futuro pueda ser candidato nuevamente. Es la clásica paradoja de este negocio: hoy cierras una puerta con llave, pero el éxito continuo puede hacer que alguien desde dentro busque una copia de esa misma llave mañana.

La lección que queda, tras años observando estos procesos, es que en el fútbol de alto nivel las decisiones rara vez son blanco o negro, pero las declaraciones públicas a veces deben serlo para cortar el ruido. Mohamed ha elegido su camino, priorizando un proyecto clubístico tangible sobre una ilusión nacional que, en su experiencia, nunca pasó de ser una sombra. Su historia es un recordatorio práctico de que, más allá de los titulares y las especulaciones, la credibilidad y la paz mental de un técnico se construyen sobre hechos y proyectos reales, no sobre “hubieras” mediáticos.

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