La Nueva Medición del Progreso Nacional: La Odisea Kilométrica
En un alarde de precisión científica que hubiera envidado el mismísimo Newton, la Primera Mandataria de la República, en un arrebato de modestia cósmica, reveló la verdadera unidad de medida de su administración: no el PIB, no la reducción de la pobreza, sino el odómetro presidencial. Con orgullo digno de un explorador del siglo XV, anunció que sus periplos, sumados con devoción burocrática, equivalen a circunnavegar el globo terráqueo ocho veces. Una hazaña que, sin duda, deja en pañales a Julio Verne y a Magallanes juntos.
La Aritmética Sublime de la Obra Pública
Desde el sagrado recinto de Palacio Nacional, el epicentro de la razón de Estado, se desglosó la epopeya: 84,407 kilómetros por los aires y 19,965 por los caminos de la patria. Un total de 104,372 kilómetros que, traducidos al lenguaje del ciudadano común, significan aproximadamente ocho viajes completos alrededor del planeta. “Ocho vueltas le dimos a la tierra”, musitó entre risas la estadista, como si se tratara de una vuelta al parque, y no de un consumo de recursos que haría palidecer a una flota de exploradores.
La Teoría de la Relatividad de las Inauguraciones
¿El fruto de tan colosal desplazamiento? Se visitaron todos los estados, acto seguido de la inauguración ritual de obras. Carreteras, hospitales y otras infraestructuras emergen en el paisaje como monumentos a la gestión itinerante. En el Salón Tesorería, templo de las finanzas públicas, se explicó la doctrina: “A la gente siempre se le escucha”. Una revelación extraordinaria que establece que la necesidad ciudadana es un fenómeno geográfico, cuya intensidad varía según las coordenadas. “En todos atendemos”, sentenció, consagrando la atención personal como el nuevo estándar de eficacia gubernamental.
La Industria Nacional de la Petición
Para cuantificar esta magna escucha, se proporcionaron cifras de una eficiencia burocrática sin precedentes: al día, el sistema recibe entre 200 y 400 gestiones ciudadanas. El gran total de la administración asciende a la cifra redonda y poética de 144,000 peticiones. Mientras el avión presidencial surca los cielos y la caravana recorre la nación, una máquina bien aceitada procesa solicitudes, en una simbiosis perfecta entre el desplazamiento físico y el trámite virtual. Así se construye el futuro: kilómetro a kilómetro, petición a petición, en una eterna vuelta alrededor de la promesa.













