Una jornada crítica: la violencia disruptiva golpea Sinaloa
Los municipios de Culiacán y Navolato fueron escenario de una nueva y brutal oleada criminal, con un saldo de diez homicidios que incluyó a una ciudadana. En un acto de audacia, el casino Flamingos, ubicado en la colonia Lomas del Boulevard de la capital estatal, fue blanco de un ataque con armas de fuego, sin que se registraran lesionados en el establecimiento de entretenimiento.
Epicentros del caos: mapeo de los hechos violentos
El primer reporte de seguridad alertó sobre el ataque al casino en la avenida Emiliano Zapata, donde los proyectiles impactaron la estructura frontal del local. En un espacio de recreación comunal en la colonia Chulavista, el joven Mario Noel “N”, de 19 años, fue ejecutado con múltiples disparos mientras participaba en un partido de voleibol, perpetrado por agresores que evadieron la captura.
Previamente, en el Desarrollo Urbano Tres Ríos, fue hallado el cadáver de un hombre joven, maniatado y con signos de impacto balístico, por lo que la Fiscalía General del Estado ordenó su traslado al Servicio Médico Forense (Semefo) para los protocolos de ley.
Metodología del terror: ataques coordinados y selectivos
En la zona alfarera cercana a la colonia Lomas de Rodriguera, sujetos armados con fusiles de asalto acabaron con la vida de dos obreros, para después fugarse. De manera paralela, Ángel Guadalupe, empleado de una empresa de logística de valores, fue ultimado cuando circulaba en motocicleta por la colonia Florida.
En un giro trágico, una mujer de 26 años, identificada como Karime “N”, ingresó con heridas de bala a la base de la Cruz Roja en Culiacán y perdió la vida durante la intervención médica de urgencia.
Consecuencias sociales: el trauma comunitario y la fractura del tejido social
La violencia exhibió su rostro más crudo en el ejido Buenos Aires, de la sindicatura de San Pedro en Navolato, donde dos hombres, maniatados y con evidencias de tortura, fueron localizados frente a un canal de riego. En esa misma demarcación, dos individuos fueron baleados en una plaza pública; uno falleció en el acto y el otro lucha por su vida en un hospital.
El ciclo de violencia concluyó, por esa jornada, con el asesinato de Óscar Leonel “N”, de 25 años, dentro del vivero donde comercializaba plantas en San Pedro, Navolato. Estos hechos reflejan no solo una crisis de seguridad, sino un desafío estructural que demanda soluciones innovadoras y una respuesta integral frente a las nuevas dinámicas del crimen.













