Ante la latente posibilidad del «cierre» del hospital de zona número 13 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Matamoros para la recepción de pacientes con Covid-19, esto derivado al elevado número de personal que ha resultado contagiado y aunado a las defunciones ocurridas de los mismos; sería entonces el hospital general Dr. «Alfredo Pumarejo Lafaurie» quienes tengan más carga de trabajo.
La noticia anterior corre por los pasillos de los hospitales públicos de la localidad; esto tras la visita de la delegada estatal del IMSS, Dra. Dra. Velia Patricia Silva Delfin; quien sostuvo una reunión con el cuerpo de gobierno del Hospital de Zona número 13, en dónde se analizaba el complejo escenario y las estrategias para mejorar las áreas de oportunidad, entre ello acciones de sanitizacion más «agresivas» en todas las áreas del nosocomio.
«Tomando en cuenta que la Clínica Hospital del Issste Dr. Manuel F. Rodríguez Brayda no tiene la capacidad de respuesta en cuanto áreas de atención e insumos y que el Hospital General cuenta con el Hospital móvil para pacientes con Covid-19 y el módulo de atención y detección; si se cierra la recepción de este tipo de pacientes en el hospital de zona 13, quienes tendrían la carga trabajo mayoritaria serían ellos», dijo una fuente confiable del Sector Salud.
Por su parte; también se sabe que este probable escenario ha causado más estrés entre el personal médico y administrativo del Hospital General, pues ahí también ya han resultado varios positivos con Covid-19.
Aunque la medida señalada es extraoficial, no se puede descartar del todo; pues se sabe también de la angustia del personal del IMSS quienes piden que esta medida sea llevada a cabo para evitar que más personal se siga enfermando y falleciendo.
Cabe destacar que de manera oficial por parte del IMSS, el hospital más cercano determinado como receptor para pacientes con Covid-19 es el 270 de Reynosa; y el traslado de pacientes con esta patología que se encuentran con un cuadro clínico muy comprometido conrren el riesgo de morir.
Por: Pedro Pablo Arellano Ortiz.
