Alcaraz vence a Rublev en un duelo épico por las semifinales de Cincinnati

En un espectáculo digno de los dioses del Olimpo tenístico, Carlos Alcaraz sometió al siempre explosivo Andrey Rublev en una batalla de tres sets (6-3, 4-6, 7-5) que demostró por qué el tenis moderno es el equivalente a una guerra psicológica con raquetas. El joven español, que parece haber heredado la frialdad de un samurái y los reflejos de un felino, logró lo imposible: hacer que el temperamental ruso se derrumbara en el momento decisivo con una doble falta que bien podría ser metáfora de la inconsistencia humana.

Tras su victoria en Wimbledon, Alcaraz confirmó que no solo es el líder de la ATP con 52 triunfos en 2025, sino también el dueño de una racha invicta de 15 partidos en Masters 1000. ¿Será que el tenis se ha convertido en un monólogo donde el murciano reparte lecciones mientras el resto intenta no desmayarse ante su despliegue técnico?

Mientras tanto, en el cuadro femenino, la kazaja Elena Rybakina ejecutó un derribo quirúrgico contra la número uno Aryna Sabalenka (6-1, 6-4), demostrando que en este circo de potencia y aces, hasta las reinas pueden caer en 74 minutos. ¿Acaso el tenis femenino se ha vuelto un juego de “quien golpea más fuerte sobrevive”?

El torneo avanza hacia semifinales donde Alcaraz enfrentará a Alexander Zverev, otro gigante que aplastó a Ben Shelton como si fuera un mero trámite. ¿Estamos ante una nueva era donde los tenistas se han convertido en máquinas de precisión implacable, o simplemente los dioses del deporte se divierten viendo cómo los mortales intentan seguirles el ritmo?

Lo único seguro es que, en este circo de raquetas y egos, cada victoria es un paso más hacia la gloria… o hacia el próximo colapso nervioso.