La ansiedad por descubrir los pormenores de la nueva escudería Cadillac alcanza su punto máximo. Este miércoles, el proyecto que acogerá a Sergio “Checo” Pérez anunció que desvelará su librea e identidad visual durante el próximo Super Bowl LX, una jugada maestra de marketing que aprendí, tras años en el paddock, que solo se reserva para los lanzamientos que quieren hacer ruido global.
La estrategia detrás de la revelación de colores
La presentación está agendada para el 8 de febrero. Si bien el piloto tapatío ya adelantó en la previa del Gran Premio de México que el negro predominaría, la lección clave aquí es que el color es solo una parte. He visto equipos gastar fortunas en lanzamientos discretos; Cadillac, en cambio, compra el escenario más caro y visto del planeta. Esto no es solo mostrar un coche, es declarar intenciones ante cien millones de espectadores.
“El Super Bowl es uno de los pocos momentos de la cultura estadounidense en los que se unen el deporte, el entretenimiento y la narración de historias, y nos da la oportunidad de presentar al equipo Cadillac de Fórmula 1 en un escenario que refleja lo que somos”, confesó Dan Towriss, director ejecutivo de la escudería. Esta frase resume una verdad que tardas años en asimilar: en la F1 moderna, si no cuentas una historia épica desde el minuto uno, te ahogas en el anonimato.
Más que pintura: construyendo una leyenda desde el día uno
“Estamos orgullosos de nuestra herencia americana y queremos mostrarla de una manera audaz, innovadora y exclusivamente nuestra. Esto es sólo el principio, pero es un momento del que estoy muy orgulloso”, agregó Towriss. Aquí reside la sabiduría práctica. Recuerdo lanzamientos de equipos que hablaban solo de rendimiento y aerodinámica, y fracasaron en conectar con la gente. Cadillac entiende que primero se vende el sueño, la identidad, el pertenecer a una tribu. La eficiencia del monoplaza viene después. Esta revelación en el Super Bowl no es un capricho; es el primer y fundamental movimiento en el complejo ajedrez de la reputación en la Fórmula 1, un deporte donde la percepción a menudo corre más rápido que los neumáticos.
