Canelo Álvarez anuncia su retiro del boxeo en dos años

El horizonte del boxeo mundial se prepara para un cambio sísmico. Mientras la atención se centra en el inminente choque de titanes entre Saúl “Canelo” Álvarez y Terence Crawford este sábado en el Allegiant Stadium de Las Vegas, el pugilista mexicano ya está maquinando su próxima gran jugada: una salida estratégica y por la puerta grande.

En una reveladora entrevista con CNN, el monarca indiscutible del peso supermediano desveló su hoja de ruta, trazando con precisión quirúrgica el final de una era. El nacimiento de su hija, Eva Victoria, no acelera el reloj, sino que consolida una visión premeditada. Álvarez declaró con una claridad que desafía la típica ambigüedad de los atletas en su ocaso: su retiro está programado para dentro de dos años, a la edad de 37, un movimiento calculado para trascender el ring.

Pero esto no es una simple despedida; es una metamorfosis. Canelo no se está yendo, se está reinventando. Su mente visionaria ya opera en un plano distinto, donde los guantes se intercambian por portafolios y la cuerda de boxeo por el hilo conductor de su legado familiar. Su carrera pugilística es solo el prólogo de su verdadera misión: construir un imperio en los negocios y cosechar el tiempo perdido con sus seres queridos.

Antes de ese adiós, sin embargo, quedan sueños por conquistar y contratos que honrar, incluyendo los dos compromisos pendientes con Turki Al-Sheikh y una ambición personal de combatir en tierra japonesa. Su enfrentamiento con Crawford no es solo otra defensa; es una afirmación de su dominio libra por libra, un recordatorio de que, aunque el final esté a la vista, su fuego competitivo arde con intensidad.

Reflexionando sobre experiencias pasadas, como su compleja adaptación a los horarios en Arabia Saudita, Álvarez demuestra una inteligencia táctica que va más allá del combate. Aprender a pelear a las 6 de la mañana fue una lección de disruptiva sobre los límites físicos y la logística global del deporte moderno, un conocimiento que ahora aplica para optimizar su rendimiento en estos últimos actos de su épica carrera.

Canelo Álvarez no se retira; se gradúa. Está transformando la convención de que un boxeador se aferra hasta el final, mostrando en su lugar cómo un campeón puede diseñar su propia salida, convertir su fama en un futuro sostenible y cambiar el juego incluso después de haber dejado de jugar.

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