Chivas domina pero falla en convertir oportunidades clave

¿Qué pasa cuando el control del juego no se traduce en goles? Las Chivas vivieron esta paradoja en carne propia: un despliegue ofensivo constante, pero sin la frialdad necesaria para concretar. El New York Red Bulls, a pesar de comenzar con suplentes, demostró que en el fútbol moderno la eficacia supera a la posesión. ¿Estamos ante un problema técnico o mental? La respuesta podría redefinir el futuro del equipo.

El primer tiempo fue un espejismo de dominio: toques precisos, llegadas claras, pero cero goles. Mientras el Rebaño Sagrado buscaba romper el cerrojo defensivo, la MLS enseñó una lección de pragmatismo. Julian Hall y Emil Forsberg, con apenas dos oportunidades, sellaron el destino del partido. ¿Por qué equipos como el Red Bulls logran maximizar sus recursos, mientras otros se ahogan en su propio juego?

Incluso la lesión del árbitro Lukasz Szpala se convirtió en una metáfora del encuentro: interrupciones que rompieron el ritmo, pero que no excusan la falta de claridad en el área rival. Richard Ledezma, Efraín Álvarez y Alan Pulido tuvieron momentos dorados, pero fallaron donde otros hubieran convertido. ¿Será hora de reinventar los entrenamientos de definición o estamos ante un síntoma de algo más profundo?

El gol de Forsberg en los minutos finales no fue solo un disparo al ángulo: fue un mensaje. En la era de los datos y la hiperoptimización, los equipos que no capitalizan sus ventajas están condenados al fracaso. Milito y su cuerpo técnico tienen ante sí un desafío disruptivo: transformar la posesión en gol, o arriesgarse a quedar obsoletos. La Leagues Cup 2025 acaba de dar su primera lección.

Mientras el balón rodaba hacia el fondo de la red, una pregunta quedó flotando en el aire: ¿qué vale más, jugar bien o ganar? Las Chivas tienen 90 minutos para responderla en su próximo partido.